Dentro podremos encontrar los mismos autores: En este caso brilla Harvey Kurtzman, con sus caras desencajadas y malvadas, que dan ganas de ampliar y colgar en las paredes como objetos de Pop-Art.
El autor se encarga también de la mayoría de los guiones de estas aventuras que no por bélicas se reducen históricamente a las grandes guerras, sino que rescatan momentos históricos como el de los Conquistadores haciendo de las suyas en el Nuevo Mundo.
Para cuando se publican estamos ya inmersos en la Guerra de Corea y comienza a crecer el descontento con esos jóvenes soldados que acabarán todos o muertos o como veteranos con Síndrome Post Traumático Complejo.
Es otro lado de la Guerra donde desaparecen los héroes y los protagonistas, de un lado u otro, de un tiempo u otro, son todos perdedores, sin faltar las siniestras sorpresas al final de las aventuras.
Para atraer al público que sigue los cómics por su afición al Terror no está ausente ese aspecto de aventura exótica que acaba con un par de protagonistas poco éticos en manos de los Jíbaros, los reductores de cabezas.







No hay comentarios:
Publicar un comentario