Si echáis un vistazo al trabajo de James Stokoe, veréis que está no solamente influido por esos universos, sino totalmente seducido por todo lo oriental y japonés, sean como en este caso fantásticos ronins solitarios o kaijus aplasta urbes.
Tan embebido en ese otro modo de pensar oriental que se cuelan en su obra los aspectos más bizarros de la cultura oriental, como los hipertrofiados muslos de un enemigo que no solo destripan cuantos rocines montan con su fuerza sino que, una vez cercenados, cobran vida propia.
Por la abundancia de escenas gore y ese tono que para nosotros es surrealista, debemos advertir que este es un cómic para "los muy cafeteros" -los que se saben la ceremonia del te completa.
El argumento, como sacado de una peli de Kung-Fu Panda para adultos, sigue a una huérfana aprendiz que enfrenta a cinco ex-discípulos de su maestro ahora dotados de demoniacos poderes.
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