Y es que de sobra se que, en muchas ocasiones, no es en sus obras más voluminosas y conocidas, sino en las menores y poco leídas en las que los autores suelen resultar más reveladores.
El amor de Howard por la historia y las "hazañas bélicas" se deja ver en estas historias, donde se narra la derrota de los invasores vikingos por los clanes irlandeses en el siglo XXI, una batalla que para Howard supone el final del salvaje y fantástico mundo pagano, su Ragnarok, uno que encabeza el mismísimo Odín, encarnado en un guerrero más y pereciendo en la derrota.
A pesar de que Howard desciende de irlandeses y supuestamente sus simpatías han de estar con los cristianos vencedores, hay una terrible nostalgia por el mundo vikingo y mitológico, como una era de maravillas que desaparece.
No faltan tampoco las interpretaciones espirituales, pues un inmenso gozo invade al Dios Gris cuando su destino por fin lo alcanza y la muerte LO LIBERA de sus envolturas mortales, regresando triunfante al Valhall tras sus aventuras en la materia.
Turlogh es ciertamente un personaje muy similar a Conan: Silencioso, proscrito, amante de la batalla, defensor de damiselas y causas perdidas, aborrecedor de sus enemigos...
La mayor diferencia es el contexto, supuestamente histórico, aunque en el caso de la aventura que da título al libro, la llegada a una isla fantástica pronto se llena de dioses y monstruos idénticos a los que campaban por la Era Hyboria.
Muy interesantes también son los flashbacks a las antiguas batallas que sufre uno de los personajes -del presente- en una versión del relato y que vienen a simbolizar también las propias visiones del autor que se imaginaba protagonista de esas aventuras, generando su teoría de la Memoria Racial.
PULP FACTION, para los escogidos de la Valkirias.
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