FROM HELL: EL DESTRIPADOR A TRAVÉS DEL ESPACIO Y EL TIEMPO

Un buen libro o cómic funciona en cierto modo como el escalpelo de un cirujano. 

El autor corta con el las perniciosas influencias de la imperfecta realidad que han formado nuestras ideas erróneas, y bajo la anestesia que supone la suspensión de incredulidad, arranca el tejido podrido de nuestros cerebros, sutura con el "fin" y nos devuelve más sanos, preclaros y briosos a la realidad.

Como bien indican las anotaciones del final, de este cómic de Moore & Campbell sobre Jack el Destripador, y sobre la propia Ripperología surgido en torno al misterioso asesino, podríamos estar hablando todo el día. 

Destaquemos una o dos cosillas para celebrar esta nueva edición de Planeta Cómic.

El asesino es misterioso en el sentido griego: Iniciático, simbólico, poseído por esos daimones masónicos realiza un ritual sobre la realidad material siguiendo las instrucciones de uso, por ejemplo de Yehová en la Biblia, quien en el Levítico, cual Karlos Arguiñano, emplea buena parte en indicar como se deben despedazar las víctimas propiciatorias. 

Es masón, pero parece que a la Sociedad Secreta se les ha escapado un poquito de las manos. Quizás no sea ni la primera ni la última vez que ocurrió -si ocurrió, estamos hablando de ficción.

   

La historia es increíblemente larga y compleja en personajes, localizaciones, y situaciones. 

Moore introduce el capital concepto de Psicogeografía: Por el principio hermético de "Como es arriba, es abajo", el lugar donde estemos tendrá un diferente efecto en nuestra psique. 

Y algunos sitios -si no ya, todos- están construidos aposta para causar ese tipo de efectos. Las "Circunstancias" de Ortega, va a resultar que comprenden a toda la Creación.

A pesar de la fascinación de la sociedad por los criminales, especialmente aquellos cuyas obsesiones son más extravagantes y morbosas, la visión de Moore no busca identificar "culpables" ni "buenos y malos", sino que de la misma manera que extiende la visión del lector de los hechos concretos a su conjunto, ramificándola en todas las direcciones espaciales, también lo hace en el tiempo, y su conclusión viene a ser que los asesinatos de marras crearon el siglo XX.

Lo mismo que no hay que aplaudir a un asesino, tampoco nos corresponde apedrearlo. Es mucho más importante determinar las circunstancias de qué es lo que ha llevado a que se cometa ese acto e igualmente...¿Quien se beneficia...?