CONAN EL CIMMERIO: LA CIUDADELA ESCARLATA

Se trata de una de las primeras historias de Conan escritas por Howard, pero que, al menos en esta adaptación, no exhibe la profundidad o belleza poética de otras, anteriores y posteriores.

   

Protagonizada por Conan Rey, el reino de Aquilonia lo cree muerto en batalla con un tiránico pretendiente al trono que lo ocupa. 

Pero en realidad está prisionero en las catacumbas del Palacio donde, tras liberar a la figura prometéica durante esta catábasis -el hechicero enemigo del aliado del pretendiente-, regresa para liderar la lucha contra quienes lo encarcelaron y pretenden someter al reino a su tiranía.

   

Conan no tiene el abolengo de su rival, pero si que tiene COMPASIÓN por el pueblo sufriente. Eso y una espada muy gorda. 

Si la estructura mítico-simbólica está ahí... ¿por que no nos ha satisfecho o impresionado?

    

Lo achacamos al dibujo de Leroux, creemos que notablemente inferior a cuantos han pasado hasta ahora por esta estupenda serie. 

Aquilonia aparece como una especie de Francia medieval lo cual ataca la línea de flotación de lo FANTÁSTICO: la historia es un mito y por lo tanto transcurre en un lugar atemporal, nuestro interior.

Las escenas de acción y el diseño de criaturas tampoco arrebatan, ni las batallas gozan de la espectacularidad de anteriores entregas. 

 ¡Más suerte la próxima vez!