Ni el más retorcido escritor de distopías podría imaginar una como este mundo real en donde las Corporaciones han sido capaces, con unos cuantos artículos promocionales de CONTROLAR ABSOLUTAMENTE EL PENSAMIENTO DE SUS MASAS, asimilándolos cual Borg -perdón por la referencia Trekkie.
El Imperio ha ganado ya, y no hay Resistencia ni Rebeldes a la vista.
Frente esta manera -repito- egocéntrica, acrítica y sádica de entender la devoción a una obra de arte, este libro supone un oasis en el que celebrar Star Wars, aún las dos trilogías posteriores y "apócrifas", de una manera positiva, amena, sucinta y enriquecedora.
Cada página recoge un dato curioso, una pequeña cronología de personajes o montones de anécdotas que muchos grandes aficionados desconocemos.
Y es que no todo el conocimiento se puede contener en un vídeo de YouTube. ¡Ni siquiera en un blog!
He disfrutado especialmente descubriendo que Lucas registró el primer proyecto de THE STAR WARS en Agosto del 71, así que la saga y yo nacimos en el mismo año.
También se incluyen algunas versiones preliminares, luego descartadas o modificadas, de famosas escenas.
O curiosidades como la abuela Vodka, una hablante de mongola cuya cháchara formó la base del idioma de los ahora vilipendiados Ewoks.
Y como hoy se celebra el INFAUSTO "Día del Orgullo Friki" me permito señalar de nuevo que de ninguna manera se debe denominar a los aficionados a los mundos de ficción de género por el DES-calificativo de la más colorista, asocial y mentalmente enferma parte de estos.
NO TODOS LOS AFICIONADOS SOMOS FRIKIS. No todos los Wagnerianos son Nazis.
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