El problema es que el asesino que lo persigue, Gerard Butler, se hace pasar por borracho para que también lo encierren, en el calabozo de al lado.
A todo eso se añaden los policías de la comisaría, que oscilan entre lo vaguete y lo corrupto, convirtiendo pronto el lugar en una olla a presión donde la prota intenta aclarar quienes son los dos misteriosos oponentes antes de que le cueste la vida.
Poco más que añadir al trailer.
Tiros, explosiones e improbables aliados.
Sabiendo eso, puede disfrutarse para pasar el rato.
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