No podemos dejar de agradecer una vez más la inmensa labor que hace Dibbuks en torno al cómic infantil, editando material que es absolutamente necesario para forjar a los lectores del mañana.
Pero este volumen no solo es para ellos, yo me lo he leído enterito y he disfrutado cada viñeta y cada gag, rememorando los tiempos en que me iniciaba como lector con aquellos entrañables personajes de Bruguera.
Astrid Bromuro es una equivalente a nuestra CELIA: Una niña "bien", que se decía en la época, que a falta de otra cosa mejor que hacer se dedica a hacer MALDADES, o al menos travesuras, con una deliciosa caracterización entre impertinente, sabelotodo y tierna.
Su mayordomo y su criada, su perro y su gato, complementan el casting de este primer volumen, que cuenta con unos divertidos pasatiempos en la parte de atrás.
En esta ocasión, Astrid se dedica a planificar trampas -fallidas- para atrapar al RATONCITO PÉREZ, como si se tratase del mismísimo gato Jinx...
No le contamos si tiene o no éxito en su empresa.
Un regalo ideal para los niños que anden en época de cambiar la dentadura de leche, o cualquier otro que sea tan travieso como la temible Astrid: Mientras están leyendo, no hacen trastadas.
¡Nos quedamos aguradando la siguiente entrega con muchas ganas, y no podemos esperar a que nuestros sobrinos aprendan a leer para disfrutarlos también!
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