Impresionante fachada del restaurante Petrossian, junto al Parque.
La famosa sala de conciertos, Carnegy Hall.
Quisimos ver alguno de los musicales clásicos, y como no habíamos reservado entradas, aprovechamos las que revenden en el puesto de Times Square a mitad de precio (para llenar los espectáculos) en el mismo día.
Hacer la cola de TKTS es todo un ritual de turistas neoyorquinos. Y aunque nos tocó esperar hora y media, mereció la pena. Afortunadamente, la cola está magníficamente organizada (si no, sería un caos en pleno centro) y hasta tiene espectáculos promocionales, como estas bailarinas de CHICAGO publicitando el musical, que al final elegimos entre los que quedaban disponibles ese día. Bastante buen precio y buenas entradas, si uno es mínimamente paciente y atina con la hora de la cola.
No, no quedaban de Spider-Man... ese día... ;-)
El Diamond Distric, donde se apelotonan los ricos judíos que manejan "el parné" por allí, como los que salían en aquella escena de "Marathon Man" con el dentista nazi degollando a diestro y siniestro.
Por aquí también se deja caer el Buitre para llevarse algún jugoso maletín.
De nuevo la Biblioteca, escaleras en las que recordareis haber visto sentados a unso estudiosos Matt Murdock Y Foggy Nelson.
El Edificio Flatiron, hogar de Damage Control, la genial creación de McDuffie en el Universo Marvel, y del Daily Bugle en el Spider-man de Raimi.
Una llama eterna conmemorativa en el parque anexo.
El metro de NY. Bastante tranquilo y sin ratas esta vez (aunque haberlas, haylas)
Y aquí podéis ver que es esta misma línea la que toma Spidey cuando se le acaba el fluido lanzarredes y quiere visitar a su Tía May en Forest Hills. No solo está en Queens, sino que es ¡la última parada de esa línea que lleva a Downtown!
Eso te da una idea de lo marginal del héroe, que si fuese Madrileño viviría por lo menos en Getafe...
Por cierto que me dirigia a uno d elos restaurantes italianos de Mulberry St. (Little Italy). No hay foto, os lo teneis que creer. Muy recomendables (y cuidado con el vino, que se sube a la cabeza...).
Al día siguiente, buscando donde desayunar, recalamos en esta cadena. Como nos gustó, repetimos.
No sería hasta los últimos días cuando me daría cuenta de que estaba justo enfrente de las nuevas oficinas de Marvel.
¡Estuve comiendo oatmeal (gachas dulces) todos los días a pocos metros de la Casa de las Ideas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario