UN ADIOS AUSTROHÚNGARO

Unas palabras para despedir al Maestro Berlanga.

Estudiando en Granada tuve la ocasión de acudir a una conferencia suya y recuerdo que comentó una divertidísima anécdota. Recién salido de la escuela de cine se puso a dirigir "Bienvenido Mister Marshall" y en la escena del Saloon comienza a darle instrucciones a su ayudante sobre donde había que colocar las vías para la cámara, para hacer el traveling que recorre la barra del bar hasta la puerta, cuando entra Pepe Isbert. Y durante todas las explicaciones su veterano ayudante respondía con resignación "Sí señor Berlanga, si señor Berlanga", pero cuando terminó le dice: " Señor Berlanga, ¿Ve usted eso que tiene ahí...?", señalándole el espejo que había detrás de la barra, y en el que obviamente hubiese salido reflejada la cámara que el inexperimentado estudiante de cine pretendía colocar justo enfrente...

Recuerdo riéndome aún los magníficos momentos de cuando descubrí "Plácido", y a esa pía Amelia de la Torre haciendo que el difunto viejito asintiese a la boda "in articulo mortis", moviendo la cabeza del cadaver con disimulo...

O el magistral Luis Escobar respondiendo "·No tanto, no tanto" a las reformas que necesitaba el palacete madrileño de los Leguineche.

Ya lo han dicho muchos: Berlanga ha sabido reflejar España y reírse de ella con una naturalidad que asusta.

Acaba una época.

Estaría muy bien que algún director actual recuperase ese particular universo de historias que giraban en torno a los puestos de navidad de la Plaza Mayor, entre los que se perdió Chechu, siempre narradas por una providencial voz en off que seguro ha puesto ahora un final feliz a la vida de Berlanga.