Y el hecho de comprobar que el y otros de mis preferidos no encontraran acomodo en las majors desató en mi cabeza todo tipo de alarmas sobre las condiciones de trabajo allí.
Afortunadamente, lo que Marvel y DC han perdido ha sido ganancia para montones de editores independientes que si le han dado trabajo.
Y en esta ocasión, publicado por IDW, Van Lente vuelve con uno de sus didácticos cómics en los que resume la historia de un tema.
En este caso, la industria de animación, acompañado de Ryan Dunlavey que tiene buena parte del mérito.
Rigurosamete documentado hasta los eventos, anécdotas, cenas y despidos, Van Lente consigue poner humor en algo que seguro tuvo muy poco para quienes lo vivieron: los primeros pasos de la animación, la lucha de los estudios hollywoodienses por hacerse con las técnicas y artistas del competidor, las primeras películas animadas, etc...
Después de la etapa muda, con estrellas como Félix el Gato o Betty Boop, Disney se alza con el poder y Van Lente no escamotea el lado oscuro, muy oscuro de su ascenso.
Aunque en honor a la verdad, el resto de productores no es que fueran un ejemplo de moralidad y buenas relaciones laborales.
Los personajes históricos están representados por versiones de sus personajes animados y la historia, por siniestra que se torne está narrada por lo tanto con muy buen humor, por lo que uno puede disfrutarla a ambos niveles.
Imprescindible para los que osen dedicarse a este negocio (o a cualquier otro, pues todos funcionan igual).
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