El hombre es quizás una trágica criatura que, cuando comienza aprender a vivir, a valorar lo bueno de la vida, a respetar a sus congéneres está ya apuntando su propia partida de este mundo.
Mientras lideraba las luchas en la frontera norte del Imperio, en el corazón de Europa, escribía todas las enseñanzas que, de diferentes maestros a los que cita, de sus lecturas, había acumulado a lo largo de su vida.
De corte estóico, resulta curioso ver como un romano tiene en el fondo una moral muy cercana a lo que luego sería el cristianismo, también influenciado por la misma escuela filosófica. No todo en Roma eran las bacanales de Calígula.
Para los lectores actuales, Marco Aurelio, padre del nefasto emperador Comodo, es un personaje que muere a manos de su sádico hijo en la película Gladiator.
A pesar de ser ficción no es nada extraño que alguien tan culto y formado, ostentando poder político, fuese víctima de ese o cualquier otro complot. Tal es sin duda el destino de cualquiera que intente extender sus principios morales en este alocado mundo.
Os invitamos a descubrir sus enseñanzas en esta nueva edición, y si os las aplicáis, os aconsejamos hacerlo en secreto.
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