jueves, 30 de diciembre de 2021

WEST SIDE STORY: "SI LO DICES EN VOZ BAJA..."

Es de dominio público que West Side Story es un versión moderna de Romeo y Julieta. 

Lo que ya conocen menos es que Shakespeare basó su historia en una muy anterior, la de los amantes Píramo y Tisbe, cuya historia aparece también, en clave de comedia, en la obra que representan los actores de El Sueño de Una Noche de Verano.
Recogida por Ovidio en su Metamorfosis, la historia de los amantes que, separados  y encerrados por sus familias, se comunican por una rendija en el muro y encuentran la muerte al fugarse, se trata en realidad de un antiguo mito anterior y, como muchas otras obras de la temprana novela helenística (Eros & Psique, Dafnis & Cloe, Etiópicas, etc...), no trata en realidad de amores mundanos sino de la re-unión del alma y el espíritu, ánimus y ánima, separados por un muro infranqueable (como Helena en Troya), el que divide el plano material del celestial, y condenados por un fatal destino que incluye la muerte del héroe (Orfeo, Dioniso, Aquiles) en un simbolismo de aniquilación del ego material para la posterior "boda alquímica" y ascensión a los cielos.
Disculpen la erudita introducción, pero creo que, además de los muchos temas "reales" que tiene el filme, añadir esta interpretación simbólica original añade muchos enteros a su comprensión y disfrute, y permite entender el por qué, en la escena del balcón, María -que no se llama así por casualidad, say it soft and it's allmost like praying- aparece literalmente ENCERRADA entre barrotes. 

El Caballero Andante tendrá que liberar de nuevo a la doncella atrapada en la Torre. 

No fue casualidad tampoco que Paris y "Mercutio" sean los nombres de los personajes secundarios de Romeo & Julieta.
Hablar de remakes hoy en día es sinónimo de FRACASO ABSOLUTO, intentando reinventar la rueda, pero en este caso, por el talento de Spielberg y por la inmortalidad del tema, el resultado no solo es digno del original sino que consigue, si no superarlo, completar y adornar sus muchos aspectos, y resaltar el bello simbolismo del divino mensaje.
Recreando mágicamente el New York de los 60, el director profundiza en la psicología de los secundarios, en sus herencias étnicas -los puertoriqueños hablan en castellano entre ellos-, tocando un tema de rabiosa actualidad: Los cadáveres que aparecen hoy en día en nuestras calles son un recuerdo de que lo de las guerras de bandas no son algo del Chicago de los años veinte o de aquel New York de la versión original. 

Las Mafias, de uno y otro pelaje, con o sin pistola, son la columna vertebral de nuestra sociedad y el tema principal de la película, el tema de nuestra vida, es si somos capaces de romper con la nuestra, con nuestra familia, con nuestra herencia, con nuestro karma y su oscuro legado.
Y el precio que ello conlleva: Tony, ex-presidiario como Val Jean, ha aprendido su lección. 

Pero a veces hacer lo correcto, o intentarlo, solo lleva a enfrentar el destino fatal. 

 Ese destino que Berstein expresó magníficamente en el QUINTETO que opone la inconsciente furia de Jets y Sharks a las sentidas voces de Tony y María. 

Ella invoca a la Luna, pidiéndole una Noche Sin Fin,  y detiene a las estrellas -como cantaba Javert, elogiando su imparable marcha- símbolo del destino implacable.

El quinteto sin duda inspiró el ONE MORE DAY del musical de Los Miserables, de idéntica estructura y simbolismo.
El tema de Tony y María es, para los espectadores actuales, el Tema de la Fuerza de Star Wars, la sutil e inesperada acción de la Providencia, introducido ya en los acordes de Something is coming... 

Que Spielberg ha entendido la historia lo demuestra la elección del Museo de Los Claustros como escenario de One Hand, One Heart..., pues esta nueva Doña Inés también está encerrada en el suyo propio.

Mientras que Rachel Zegler está muy bien como María, más juvenil y étnica, Ansel Ergot, el nuevo Tony, queda guapísimo pero algo soso, no acaba de cuadrar su cara con su pasado turbulento. 

Mike Faist como Biff está brillante en su papel "a lo Loki", y define perfectamente que es lo que pasa con quien no es capaz, como Tony, de abandonar los demonios que nos animan. 

David Álvarez entra en el mundo cinematográfico a puñetazos y la pasión, realidad y sensualidad con que dota a su Bernardo es admirable.
Se agradece también el papel de Rita Moreno, la Anita original, al que el director le reserva cantar SOMEWHERE, el mensaje de esperanza más allá de la muerte.

Anita, encantadora y sensual, es la nueva Salomé que con su traición sentencia la muerte de este nuevo Bautista/Orfeo.
 
En el Mito original, las moras eran blancas hasta que, empapadas por la sangre de Píramo, tornaron su color en rojo. 

Son las Uvas de Dioniso, y las de Cristo, que no renunció a beber "el cáliz que mi Padre ha preparado para mi". 

Es el Cáliz envenenado de Medea, que el rey Egeo, padre de Teseo, retiró de los labios de su hijo y heredero en el último momento, reconociendo los signos de su verdadera identidad.
Impactantes imágenes cuando, muerto Tony, las dos bandas por fin se reúnan como una sola para acarrear su cadáver, un sacrificio necesario -el Funeral de Sigfrido- y María -la Soledad- acompaña la procesión "ahora y en la hora de nuestra muerte".
Con sus frases finales y apoteosis, María imparte profundas lecciones: ...Right or Wrong, what else can I do? I love him, I am his and everything he is I am too! 

Más allá del Bien y del Mal, todo lo que hayamos hecho, "bueno" y "malo" tiene una única fuente, y a ella regresaremos.
Entusiasmados tras la visión de la cinta -que, ya ven, no va de bailes ni de inmigrantes, ni familias, ni nada de lo que venimos creyendo- tendemos nuestra mano esperando que, en algún momento, de alguna manera, alguien la estreche y nos lleve al Otro Lado.

 

2 comentarios:

Toni Delgado dijo...

Al César lo que es del César, y esta vez me quito el sombrero ante su análisis, señor Angosto.

Pocas veces coincido en sus valoraciones cuando se trata de cómics y/o cine. Y en alguna ocasión le he criticado las formas groseras o el tono arrogante.

Pero en esta ocasión aplaudo su nota erúdita y su pedagógica comparación con los mitos clásicos y celebro que, en esta ocasión, coincidamos en valorar positivamente el último trabajo de Steven Spielberg libres de prejuicios al compararlo con la precedente versión de Robert Wise y Jerome Robbins

PEDRO ANGOSTO dijo...

Gracias.

Nadie es perfecto.