Ahora, hay que advertir que, quitados los nazis y las reliquias de poder, no es tan entretenido como muestran sus películas.
No obstante, este reciente libro repasa los más actuales descubrimientos de aquello que, por abreviar, llamamos Babilonia.
Y si, es muy ilustrador conocer hasta donde alcanzan nuestros científicos descifrando -y a veces teorizando- sobre el pasado, lo que se conoce con certeza y los inmensos huecos aún no documentados.
La abundancia de tablillas cuneiformes -de índole administrativo- permite conocer con detalle la estructura de la conformación de un imperio que, basado en las nacientes ciudades-estado -Ur, Lagash, Nippur, etc...- y sus diferentes dinastías de reyes -algunas probablemente míticas- fue extendiendo sus dominios hasta, ya como los Persas, chocar y enfrentarse con nuestros mucho más conocidos griegos.
Nótese pues que el fascinante arte y la rica literatura de este pueblo toma aquí un segundo lugar y solo es mencionado cuando muesta algún avance social o político, que es el objeto de este libro de Historia.
Aún así, leer sobre Sargón, Hammurabi o Jerjes y ver como se conformaron en torno a los más antiguos reyes las primeras ciudades no deja de tener algo de fascinante.
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