Convertida en icono feminista y hasta en Santa, Frida Calo tuvo una dura vida personal que comenzó con el trágico accidente que le dejó graves secuelas físicas.
Este documental desvela como ese dolor físico y moral de sus luchas en la vida es una de las claves de su obra.
No menos importante, su apasionada y tormentosa relación con el pintor Diego Rivera.
Defensora de la cultura mexicana precolombina, llenó sus cuadros con la iconografía de su país, inspirada sobre todo por los exvotos que devotos ofrecen a los santos, pequeñas viñetas que reflejan el momento en que los poderes espirituales les ayudaron.
Por último, el acercamiento a su hogar, sus ropas y sus utensilios dibuja una Frida más cercana y luchadora, la que se despidió con su último cuadro en el que rezaba el lema que da título a la película.
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