Cage parece haber resurgido de las cenizas de Ghost Rider y está más activo que nunca, aunque sea burlándose de si mismo y de su cuestionable carrera cinematográfica.
Eso parece hacer en esta película, una historia de terror en la que una misteriosa epidemia convierte a los padres en perseguidores y asesinos de los hijos.
¡Eso de "De pequeño está para comerselo y de mayor ójala me lo hubiese comido..." cobra por fin realidad en esta cinta!
Cage es así un padre de familia suburbana -en sentido barrio residencial- poseído junto a su esposa de una furia asesina contra sus dos hijos, la adolescente y el chavalito, que de tan sosos casi dan razones para liquidarlos.
La cosa se terminará complicando cuando llegan los abuelos (padres de los padres) a cenar...
Diversión sin complicaciones para el final del verano.
2 comentarios:
Basura de película. Upgrade, Patient zero y Megalodón reguleras.
Saludos:
No me atrae gran cosa la peli, pero tengo una debilidad con Nicolas Cage -un tío que es capaz de llamar a uno de sus hijos Kal El los tiene de adamantium-, aunque sigo lamentando su desorientación a la hora de elegir papeles.
Juan Constantin
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