Como tantos relatos de Lovecraft, este nos suena a "refrito" o reescrito, revisión de ideas ya usadas (las del comercio carnal entre ciertas familias y ciertos seres) pero que a esta altura de su carrera adquiere claro la forma definitiva.
Se nota la influencia de Arthur Machen y sus cultos al Dios Pan, aunque lo que anda por estos bosques cerca de Arkham es bastante más siniestro.
Lo montañeros de Massachussets nunca se han mostrado más extraños y huraños, y las misteriosas mansiones crecen en esta ocasión de manera igualmente misteriosa, incapaces de contener todo el misterio que cobijan.
Aparecen por fin esos seres que se disuelven en tentáculos y mocos y que sin duda son una de los más memorables aportes de Lovecraft a la ficción.
Pero sin duda lo más interesante es como se define el héroe que se opone a las preternaturales amenazas: Aún con la colaboración de la policía y los lugareños, el héroe de Lovecraft no es de índole físico sino intelectual.
El legendario grimorio no está en poder de los malvados, son ellos los que tienen que completar la búsqueda, y es en los intelectuales que son capaces de descifrarlo en quien cae la responsabilidad de cazar al monstruo que ronda Dunwich.
Así queda claro que son solo los ESTUDIOSOS, los custodios del conocimiento esotérico los únicos en condiciones de combatir la amenaza.
Lovecraft debería ser así el ídolo de todos los Universitarios, no solo los que cursan en la de Miskatonic.
PS: Una conexión más entre Lovecraft y Tolkien: Uno de los personajes benignos se llama FRANCIS MORGAN que, por "causalidad" es el nombre del sacerdote de orígenes jerezanos con quien Tolkien se crió... ;-)
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