El nuevo Creepy es, como diría la mamá de Forrest Gump, como una caja de bombones. Todos deliciosos.
Desde las setenteras portadas a las inolvidables portadillas de Wrightson con Uncle Creepy, alma de la revista.
Desde los primeros pasos de Corben a las adaptaciones de un omnipresente Poe, que marcaba el espíritu de la revista y la inmensa mayoría de las historias.
Entre cadáveres, decapitados, cementerios, hombres lobo, vemos desfilar a una pléyade de autores españoles de la agencia de Toutain:
Vicente Alcázar, Jaime Brocal, Auraleón, Adolfo Abellán, Isidoro Monés, Jose Ortíz...
Y además de todos ellos, Maroto.
Uno casi no se explica como podía producirse una revista TAN AMERICANA con lápices y pinceles tan españoles.
Si echas de menos las películas de "terror" de tu juventud (que solo eran de terror para nosotros, infantes, por que para nuestros mayores eran de risa), perdiéndote en estas páginas podrás viajar en el tiempo y "asustarte" de nuevo.
Asustarte del cuidado que se ponía entonces en las páginas, digo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario