Con la llegada de Leonard Kirk a se inicia el "brief, shining moment" de esta serie y el grupo en su conjunto en la era moderna.
El dibujante le confiere a los personajes un look moderno, no tiene problema en manejar centenares de personajes y a la vez su estilo está firmemente anclado en los superhéroes clásicos.
En cuanto a las historias, Goyer y Johns consiguen, al enfrentar a una nueva, actual versión del grupo contra el Ultrahumanoide y el resto de los superhéroes -que maneja gracias a la magia del Thunderbolt de la que se ha apoderado- que la imagen de la JSA salga reforzada, superando a todos los héroes y ofreciendo un renovado perfil.
El nuevo grupo consiste en Sands, un Icicle forzosamente del lado de los buenos, Power Girl, un renovado Hourman, el Capitán Marvel y la nueva versión de Crimson Avenger creada por Johns, un personaje que no llegará nunca a definir y será descartado cuando Morrison se haga cargo de los nuevos Seven Soldiers.
Sin embargo, ni Jakeen Thunder ni su relámpago mágico, ahora imbuido del espíritu del difunto Johnny, tendrán mayor transcendencia dentro de la serie, fallando de nuevo al convertirlos en personajes viables por si mismos fuera del grupo.
A diferencia de Flash (con Kolins) o Hawkman (con Morales), esta serie de Johns no contará con un artista que sepa "tirar" de ella y darle unidad, y los fill-ins abundan, arruinando la posibilidad de que la serie despegue realmente.
El zenith de esta breve "Golden Age" será la novela gráfica JLA/JSA: Virtud y Vicio, que retoma la tradición de los encuentros de estos grupos.
El argumento, que une a Johnny Sorrow y Despero en un propósito común, no puede ser más infantil y artificioso. Pero Johns sabrá incluir suficientes rincones y personajes del Universo DC como para que Pacheco de el "do de pecho" de todo su paso por la editorial.
Momentos de la historia de ambos grupos son revisitados, y las inevitables batallas entre superhéroes de estos cruces se acaban produciendo. El añadido de la mitología del Capitán Marvel y Shazam logra dar al evento la altura mítica que se esperaba.
No obstante, el inmenso fallo de Johns es que ambos grupos actúan en la historia como uno solo.
No existe diferencia entre la aproximación y el estilo de la JLA y el de sus supuestos mentores.
Se pierde así una ocasión histórica de caracterizar a la JSA frente a la JLA y darle la relevancia y el peso histórico que demanda.
Por lo demás, pin-ups y dobles páginas muestran la majestuosidad de los personajes DC como en pocas ocasiones se ha visto, y las bellas formaciones de héroes posando o volando como ángeles vengativos.
Para los "connosieurs" el proyecto fue un delicioso bocado lleno de mil y un guiños y detalles situados allí por Pacheco, que sin embargo no hacen más que hacer más mítico el pasado del grupo y la editorial frente lo diluido de las presentes aventuras.
1 comentario:
Infantil, si, claro... como que la imagen de tanques y soldados en los jardines de la Casa Blanca y un Luthor declarando la ley marcial no fueran una indirecta a lo que Bush estaba maquinando en ese entonces desde la oficina oval.
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