¡Un gusto verlo cobrar vida en sus dibujos, y esperemos que pronto pueda ofrecernos muchos más de ellos, recuperado de sus problemillas de salud!
Leído el cómic, a pesar del "coitus interruptus" artístico -una expresión que usó Rafa Marín para referirse a los cómics de hace 30 años- tiene grandes escenas para disfrutar, sobre todo las que recuperan aquellos personajes olvidados.
A Carlos se le ha pasado poner en la puerta del Baxter a aquel portero irlandés. ¡Se lo perdonamos por que ya se habrá jubilado el pobre!
Como era de esperar, la historia versa sobre el Origen de los Watchers, que no se si publicó Vértice aquí, pero al menos yo no he podido leer aún.
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