Sin embargo, no es el caso en esta deliciosa lectura de la académica de la Lengua y poetisa Clara Janés -hija del editor que fue la mitad de Plaza & Janés- que casi leemos con la precaución profiláctica de no quedarnos fascinados por el amor a la poesía...¡pues no nos faltaba más que eso a estas alturas, con la de lectura en prosa que tenemos pendiente!
A cada día que pasa creemos más firmemente que son necesarios muchos libros para entender otros libros, como si toda la Literatura no fuese más que un escolio a La Odisea.
En ese espíritu, seguir el proceso mental de la autora sobre diferentes textos de poetas nórdicos es un deleite que raya casi en lo místico, un repensar los símbolos e imágenes de los poemas que más allá de la letra siempre -para que sea poesía- apuntan a una intuición, una comprensión casi mística del mundo y su sentido.
Así, son continuas las citas a los textos de las grandes tradiciones: de Ibn-Arabí a la Mitología Egipcia, de Orfeo a los Vedas.
Cualquier verso traslada a la autora a ese a ese horizonte de estrellas fijas que son las obras que han definido culturas enteras, y cuyo conocimiento e hibridación son condiciones necesarias para cualquier humanista contemporáneo.
Como el Rey ciego guiado de retorno a su patria por una niña en el poema que da título al libro, nos dejamos conducir con total seguridad y confianza por esta obra y su autora, recibiendo con sus palabras una nueva visión del mundo que hasta ahora nos había estado vedada.
Lazarillo de la Poesía y la Belleza, agarren fuerte y su mano y no se suelten.
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