Frente a la industria americana, incapaz ya de producir dos números seguidos con los mismos artistas, y aún menos hacerlos interpelantes y capaces de atraer el interés de un lector un mes tras otro, la sensación leyendo este cómic supongo que es equivalente a la que uno tiene al salir del cine tras ver un peliculón en medio de todos esos spin-off, remakes y franquicias explotadas mecánicamente: se renueva la fe en el medio.
En este volumen, el grupo superviviente de los habitantes que descubrieron la invasión van a encontrar un nuevo enemigo, cercano y aún más retorcido: llega el ejército y LOS CONFINA, dudando de si están controlados por esas inteligencias extraterrestres invasoras. En eso y en explorar el sitio del aterrizaje se va este nuevo arco argumental.
Pero sin duda la escena inicial es la que más cara me ha resultado: Un par de escritores de ciencia-ficción son reclutados por el ejército como consultores. Y en su conversación se puede adivinar un brillante homenaje a la diatriba entre Jules Verne y H.G.Wells, donde el primero le recriminaba al otro que de donde se había sacado la Cavorita, el metal anti-gravitatorio con el que mandó sus a LOS PRIMEROS HOMBRES EN LA LUNA a visitar nuestro satélite. ¡Lo de Verne eran cálculos científicos! ¡¡¡COMPRA OBLIGADA, no lo dejéis pasar!!!
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