Película singular, sorprendente, recomendada tanto por lo que cuenta como la manera en que lo hace.
Narra la historia de un niño criado en un orfanato en Japón, descastado y sin dirección en la vida. Su don de "memoria fotográfica" le permite reproducir cualquier comida que haya probado, y lo explota cobrando montones de yenes a millonarios moribundos que quieren probar algún plato que les encantó y que ya no está disponible, recreándolo para ellos de manera magistral.
Mientras confronta su crisis existencial y evita el sepelio del director del orfanato en que se crió, recibe una misteriosa invitación de un rico hombre de china: quiere que reproduzca un legendario menú IMPERIAL perdido, con cientos de platos, creado por otro cocinero ya difunto durante la ocupación japonesa de Manchuria.
Rastreando a quienes conocieron a ese cocinero, el único con habilidades comparables a las suyas, y recuperando una a una las exquisitas y revolucionarias recetas, descubrirá también la dramática historia de quienes colaboraron con el en el Banquete, y el oscuro secreto que en realidad encerraba.
Una magnífica lección de historia, un mensaje por la convivencia de los pueblos y, por supuesto, una búsqueda de la razón de ser y de vivir que alcanza niveles casi míticos.
¡Eso si, vayan comidos a verla, o se les hará la boca agua con tanta delicatessen, que deberían servir al acabar la película!
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