miércoles, 26 de octubre de 2016

SOMBRAS DE HIERRO A LA LUZ DE LA LUNA, POR R. E. HOWARD

Howard vuelve a repetirse cuando Conan se topa por segunda o tercera vez con otra damisela en peligro, otra princesa capturada por un tirano de cuyas garras rescata.

En este caso, un guerrero cuyo ejército acaba de masacrar al grupo de mercenarios y saqueadores que comandaba Conan.


Y también se repite -y cositas como esta son las que le han dado muy mala fama al Pulp- al encontrar otro templo en ruinas en medio de la selva como el que ya vimos en la aventura de Belit.


Como novedad un viejísimo papagayo aparece aquí repitiendo una arcana frase, a la manera en que el pajarito avisa a Sigfrido del lugar donde se esconde la Valquiria.

El encuentro con lo numinoso, que de repente sumerge a los personajes en un Tiempo Primordial o en las Oníricas Dreamlands de Lovecraft.


Aquí es donde el relato se vuelve más interesante: Refugiados en un templo cuyas columnas están esculpidas con formas de fornidos negros, la señorita tiene un sueño lúcido en el que se le revela el origen de esas columnas:

Ve a un joven, blanco y perfecto semidios siendo sacrificado por estos oscuros proto-hombre, tras lo cual el iracundo progenitor de este pseudo-Adonis desciende del cielo y castiga la crueldad de estos tornándolos de piedra.


Así detrás de las manidas y previsibles aventuras de Conan, reaparece de nuevo un sustrato de realidad más profundo y arquetípico que ha dado forma al mismo paisaje y arquitectura, a la realidad en la que se mueve el héroe.


Uno de los inevitables monos gigantes -¿pariente del de Rogues In The House...?- y una banda de piratas complementan el relato, en el que lo más interesante es que esos pétreos vigilantes acaban siendo el castigo de los malvados, un legado de justicia dejado por la misteriosa divinidad.

1 comentario:

Alfredo dijo...

Para comprender las repeticiones de elementos y situaciones en los relatos de Conan hay que tener en cuenta varios factores:

1-Los escritores pulp eran narradores esencialmente comerciales, lo que les llevaba a repetir aquello que detectaban que era del gusto de sus lectores. En el caso de Howard se sabe que leía detenidamente las revistas pulp para conocer lo que agradaba al público de las mismas: muchachas en aprietos, presencia de criaturas bestiales, civilizaciones perdidas (estaba reciente el descubrimiento del Machu Pichu), etc. Cosas que también estaban presentes, en mayor o menor medida, en escritores del medio como Burroughs o Abraham Merrit.

2-Farnsworth Wrigth, el editor de Weird Tales, tenía una preferencia muy clara por un tipo determinado de historias. Consideraba a "Nacerá un bruja" como la mejor narración del ciclo de Conan, así que el texano ya sabía que hacer si quería vender más cuentos a la revista.

3-En los años que Howard escribía sobre Conan, se redujo el mercado de ficción, así que al ver el éxito del cimmerio, se puso a escribir historias sobre él de forma constante; lo que quizá restó tiempo para repasar argumentos y corregir puntos débiles. Es decir, cantidad antes que calidad. (Recordemos que Howard comía de esto).

Debido a todo ello, era muy difícil que aquellos escritores no acabasen cayendo en fórmulas que sabían que eran del agrado de los compradores de esas revistas.