Poco hace Conan en este volumen, dedicado casi por completo a las andanzas de su hijo, el príncipe Conn.
Su padre lo cree muerto, el ha sido vendido como esclavo y a eso siguen toda una serie de peripecias con la guardia de honor de Conan, los Dragones Negros, de por medio.
Esta etapa cuenta con los bocetos de Silvestri, aunque aún menos reconocibles que los de Buscema bajo la tinta de sus "finishers".
¡Uno no se acaba de explicar como tras este trabajo se acabó graduando a X-Men, ni más ni menos...!
Lo más atractivo del tomo es la recopilación de las portadas de Kaluta. Quien tuvo, retuvo.
1 comentario:
Falcon Crest.
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