Raramente van a superar a la original, sobre todo en la cabeza de quienes crecimos con ellas, y normalmente el enfoque "realista" resta a una narrativa creada para evocar un mundo totalmente fantástico, mágico.
Sin embargo, seguramente debido a la dirección de Kenneth Branagh, esta versión de Cenicienta consigue mantener una estética "de cuento", con un comienzo en una granja ideal en donde reside la protagonista y que pronto se oscurece, como su destino.
Cenicienta mantiene una cierta inocencia ideal que ayuda a entender su personaje, y el príncipe es suficientemente imposible como para elegir casarse con una pueblerina desconocida.
Hay que destacar que se trata de un reino europeo políticamente correcto, donde hay habitantes negros y hasta orientales.
Pero en este caso es el oropel de la corte lo que interesa,
Kate Blanchet está estupendamente retorcida como Madrastra, mientras que la Hada Madrina es quizás el momento más flojo de toda la cinta.
¡Por muy visible que sea esta versión, no han superado el "DIBILI-BABILI-BU"!
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