LA "INDEPENDENCIA" DE LA UNIVERSIDAD

Escuchaba ayer mientras conducía el programa de Juan Ramón Lucas, donde hicieron una breve entrevista al recién elegido nuevo Rector de la Universidad Complutense.

Y la primera pregunta del entrevistador fue: "¿Podemos esperar en su gestión continuidad con la del antiguo Rector QUE TAMBIÉN ERA SOCIALISTA...?"

Ignoro, claro, cuales serán las funciones específicas de un Rector de Universidad, pero no dejó de chocarme que la primera pregunta al representante de una instítución tan añeja de ESTUDIO Y CONOCIMIENTO como la Complutense, de la que depende la FORMACIÓN de futuras generaciones que en definitiva van a VERTEBRAR la sociedad, sea preguntarle por qué papel juega en su gestión su abscripción al partido político actualmente en el poder.

¡¡VIVA LA INDEPENDENCIA DE LA ACADEMIA!!

Y lo triste es que, claro, la pregunta no puede ser más adecuada.

A pesar de sólo haber pasado por la Universidad como "estudiante difuso" no me hizo falta la licenciatura para percibir que, como en todas partes, allí también cuentan bien poco los méritos propios intelectuales y todo se rige, COMO EN TODAS PARTES, por amiguismos, conexiones, favores, grupos de poder y carnets del partido, claro.

Los partidos políticos, lo mismo que la KGB o los comunistas de Cuba, "infiltran" a sus miembros por doquier para tenerlo todo controladito, atado y bien atado.

Incluso en lugares como la Universidad, donde se forja nuestro futuro, y que en una sociedad laica debería ser el cúlmen de la INDEPENDENCIA y los valores HUMANISTAS.

La Universidad de Filosofía de Granada, en la que cursé originalmente mis estudios, estaba bastante regida por el Departamento de Lógica, y los Metafísicos eran solamente tolerados allí como "pieza de museo" y curiosidad histórica que el Positivismo había superado hace siglos.

Mi profesor de Filosofía de la Religión era un ex-jesuíta arrepentido de pronunciación imposible (la suya, no la de su nombre) para quien obviamente la Religión sólo era mera ideología. Sus clases consistían en leer en voz alta los apuntes fotocopiados que el mismo nos proporcionaba.

En los cinco años de carrera, al filósofo que más me interesaba, Platón, sólo le dedicamos TRES HORAS DE CLASE intentando terminar a tiempo el apretado programa de Filosofía Antigua. Si señores, uno puede licenciarse en Filosofía habiendo estudiado TRES HORAS DE PLATÓN (afortunadamente, en COU lo tratamos en mucha más profundidad que en la propia carrera).

Eso si, a uno siempre le quedaba la "opción" de ponerse del lado del único profesor creyente (y militante en su creencia) del claustro, que obviamente era miembro del OPUS DEI... ¡Ríete tú de los Señores del Sith!

Así que alguien interesado como yo en la Filosofía Medieval a lo "Guillermo de Baskerville" o el Neoplatonismo de Plotino pasó por allí como una presencia inadvertida, cual espectro de claustro románico...

Y a pesar de que semejante "fracaso" me ha sumido en una suerte de "limbo laboral", no puedo arrepentirme de no haber encontrado mi lugar entre tan "augusta" institución. Siempre ha sido ese el sino de los heterodoxos...

Quince años después, las cosas siguen igual, parece.

¡Ay, si Alcuino de York levantase la cabeza!