Oooooootra nueva entrega de nuestra siempre estimulante serie: "MILLONARIOS FRANCESES CON PROBLEMAS, PERO MENOS".
Este se acaba de arruinar y, deprimido, cuando va a liquidar su casa de veraneo sin que se entere su ex-esposa, se le presentan allí una docena de amigos y familiares para animarlo.
Y claro, como son millonarios y son franceses, pues pronto acaban en una casa aún más chula todos juntos, cenando ostras, metiéndose en discotecas ya maduritos y de vez en cuando echándose a la cara esto y aquello para la cosa de la catarsis final.
Película coral que, aunque da muchas preocupaciones, no deja de telegrafiar el final sin provocar ni la más leve sonrisa aún con la prevista llegada de la ex-mujer del millonario que acaba enterándose de sus intenciones.
Seguramente, para disfrutar plenamente esta serie de películas es bastante importante ser FRANCÉS. Y ser MILLONARIO.
Aunque bien pensando, si a la mayoría del cine español no le encontramos la gracia...¿como lo vamos a conseguir con el del país vecino...?
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