NO CONTIENE SPOILERS
¿Es Ant-Man en lugar idóneo para presentar a KANG THE CONQUEROR...? Probablemente no.
Aunque su relación con el Reino Cuántico, Microverso, Subatómica o como se llame esa dimensión existe realmente en los cómics, pues allí se fabrican sus androides Growing Men, como establecieron en un número de Thunderbolts, si no mal recuerdo.
Pero hay que entender que el Universo Marvel, por eso de ser Universo y no una serie de películas sin relación alguna -coff, coff, James Gunn...- necesita que sus sagas cuenten con prólogos y este sin duda es uno que nos deja en ascuas esperando lo que pueda venir tras el.
A pesar de tres o cuatro escenas "homenaje" -plagio descarado- de la Star Wars clásica, la Familia Pym, a falta de los Richards, nos ofrecen un espectacular -siempre que a uno no le de alergia el CGI- y divertido paseo por el Reino Cuántico, ahora revelado como el lugar lógico para encontrarse con ese entrometido espacio-temporal que ya sabemos que volverá en futuras entregas.
El cameo de Bill Murray no añade nada y el resto no tiene mucho papel más allá del alivio cómico.
Algo más de trabajo en el guión o sustituirlos por personajes conocidos de los cómics hubiese ayudado por ese lado.
Los diálogos de Hank Pym se hubieran beneficiado seguro de una reescritura: Casi se puede oír las protestas de Michael Douglas mascullando bajo ellos mientras extiende la mano para cobrar el cheque.
Buscando qué cosas puedan haber generado tantas críticas, quizás el hecho de introducir a Cassie Lang como heroína a dejado poco papel a Evangeline Lily, aunque tiene sus momentos.
Michelle Pfeiffer, no obstante, se lleva la parte del león pues es el nexo de unión de los héroes con el villano.
En cuanto a Paul Rudd, tiene su gracia verlo enfrentado a Kang armado con chistes y poco más. Esa es parte de la magia de Marvel.
Tras el chasco en la desquiciada caracterización de He-Who-Remains en la serie Loki -tanto como el absurdo argumento de la misma, con el personaje combatiendo a los héroes mientras que confiesa que los necesita- sin duda es la actuación de Jonathan Majors la mayor atracción de la película, y a la postre, la razón por la que todos vamos a verla.
Majors dota a Kang de una intensísima personalidad tras la que casi adivinamos una herencia de su antepasado -en algunas versiones- el Doctor Doom.
Sin duda un villano para recordar, dentro del Universo Marvel y fuera de el, pues está a la altura de Darth Vader y hará rápidamente olvidar a Thanos,
Y cualquier aficionado va a perdonar inmediatamente los defectillos de esta cinta en cuanto vea la escena post-créditos, sacada directamente de los cómics Marvel de finales de los años ochenta.
No es ideal ni perfecto, pero es terriblemente funcional: Te va a hacer querer ver la siguiente aparición de Kang y/o sus variantes de manera más inevitable que Thanos.
Y eso es algo que no nos pasaba desde Endgame.