En este caso, la razón es doble, puesto que el tomo viene recoloreado de manera espectacular, algo que, obviamente, no tiene comparación con el color de aquellos cómics ochenteros.
Es además la primera vez en que el Thor de Simonson es recopilado completo, incluyendo los números guionizados por él y dibujados por Sal Buscema en uno de sus mejores trabajos.
Hay que destacar que estamos ante uno de esos superlativos cómics de los '80 en los que los autores no sólo supieron ser fieles hasta el extremo con las versiones originales sino que además las expandieron y renovaron de la manera más fiel y natural. Una versión que, a falta que el intento de Fraction/Ferry se extienda unos cuantos años en el tiempo, sigue sin tener parangón.
No puedo dejar de comparar muchísimos cómics actuales, afortunadamente no el susodicho Thor, en los que los autores, en el mejor de los casos, no pasan de realizar el oportuno refrito de los clásicos pero sin añadir ni la más mínima novedad.
Existe hoy en día un egoismo por parte de los guionistas que se niegan a añadir a los personajes ni el más mínimo concepto a los ya existentes, por lo que aún los más hábiles entre ellos sólo logran que los lectores de largo recorrido bostecemos ante algo que, de una u otra manera, hemos visto mil veces.
Pero no siempre fue así, señores. No lo fue en el Thor de Simonson, ni en el Daredevil de Miller, ni en los Fantastic Four de Byrne...
Y aquí seguimos, treinta años después, esperando que alguien dé el paso en esa dirección y se suba a los hombros de los gigantes de los '80 para por fin descubrirnos nuevos horizontes inexplorados.
1 comentario:
¿Realmente te extraña que los guionistas se nieguen a "añadir a los personajes ni el más mínimo concepto a los ya existentes"?
¿Para después no ver un duro de las películas, videojuegos y series de TV?
¿Cómo estaría Mike Mignola si hubiese presentado Hellboy como personaje secundario de Hulk o Spider-Man?
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