JUSTICE LEAGUE: ESTO NO ES UNA CRÍTICA

No hay manera de escribir una crítica de Justice League.

Las críticas cinematográficas se escriben a partir de una película. Y Justice League, simplemente, no lo es.

Es un simulacro, un remedo, un producto cinematográfico, un publi-reportaje de dos horas, un "metraje encontrado", llaménla como quieran, desafía todo intento de categorización en una mente racional humana.

¿Sabéis por que los manteros venden bolsos falsificados...? ¡Pues por que hay gente no sabe distinguirlos de los originales, aunque sea un Carolina Herrera!

Por el mismo principio, el ojo no entrenado de millones de espectadores tomará esto por un filme como los demás, como los de Marvel, como los de Burton...¡PERO NO LO ES!

Para alguien que ha estado criticando la dirección de los proyectos de DC en el cine desde Man of Steel, avisando de que con BvS se habían metido en un callejón sin salida argumental, los "polvos" de los que venía previniendo se han convertido en el más fangoso de los "lodos". Este..."invento", que diría Saritísima.

He ido al cine mentalizado en que no iba a ver nada parecido ni por asomo a la Justice League que a mi me gusta, sea la de los cómics originales de la Silver Age, la Morrison o la de Bruce Timm, he ido con la buena intención de ver si al menos la película lograba con alguna gracia conseguir los objetivos creativos que ella misma se había marcado. No he podido disfrutar nada. Nada de nada.

A pesar de que las primeras escenas parecen sucederse con cierto orden lógico, pronto queda claro que la mala planificación DC ha mordido más de lo que puede tragar: Imaginad como hubieran sido Los Vengadores si no hubiesen existido antes películas individuales de los héroes: Tener que presentar DESDE CERO a Iron Man, al Capi, a Thor, al Teseracto, a Loki, etc, etc, etc...

Pronto el quebrado ritmo de la película, mero corta y pega de esas escenas introductorias, se quiebra para siempre cuando saltamos a un lado y otro del Universo DC sin que la lógica narrativa pueda explicar de manera alguna los cambios de escenarios y la causa de los eventos que comenzamos a contemplar.

Unos instantes después, la naturaleza de PELÍCULA FRANKENSTEIN queda clara: Hay una película anterior, por debajo, que es la de Snyder y que ha sido DESCARTADA.

Pero sin embargo ese metraje absurdo SE TIENE QUE UTILIZAR, y ahí entra Whedon a crear escenas "de engarce" -dos personajes hablando con un florero de CGI por medio como fondo, hechas con dos duros y de correprisa-, metiendo unos dolorosos chorizos de DIÁLOGO EXPOSITIVO que buscan dar un nuevo significado a lo ya grabado. Sin lograrlo en absoluto, a pocos dedos de frente que se tengan claro.

Las escenas de uno y de otro son distinguibles sin esfuerzo alguno: la unas son peleitas y batallas cósmicas, las otras son diálogos y chistes y escenas "humanas" para trufar la indigestión de CGI.

No hay película pues de la JL, solo Whedon poniéndole un tanguita a un emperador que va totalmente desnudo.

Ni siquiera los "dobles mortales" que dan los guionistas intentando dar nuevo significado al viejo metraje son de admirar, y solo producen carcajadas de perplejidad ante los nuevos absurdos que ellos mismos se crean.

Todo esto es algo, por cierto, que ya pasó con Wonder Woman y sus muchos orígenes, poderes y destinos. Y entonces lo alabaron mucho...

Tras ver BvS recuerdo haber sugerido posibles revueltas argumentales para causar un REBOOT, aunque pasaba por abandonar este ridículo Universo DC inmediatamente.

Vista la película, lo único que deseo es que todos los involucrados se dediquen a otra cosa. PERO YA.

A hacer películas, no alcanzan, son como un mono que imita los gestos humanos sin saber lo que significan, son como un loro que repiten los chistes de Marvel y todas y cada una de sus tramas y escenas más famosas.

La película usa y abusa de todos y cada uno de los estereotipos de los superhéroes y de este cine, el villano hace que Ming The Merciless, el original, el de la tira de prensa de los años 30, sea pluridimensional, complejo y post-moderno a su lado como conquistador galáctico.

No podemos ni queremos entrar en analizar actuaciones, ni contabilizar las veces en que los creadores se pasan por el arco del triunfo las características más básicas de los superhéroes DC.

Únicamente aplaudimos la mala leche del que se le ocurrió la escena en que Batman se bebe un whisky con Wonder Woman. Lo necesitan. Y Affleck, no te digo...

Esta película invita a inventar nuevo léxico, por que no se puede llamar "actores" a quienes se prestan a grabar esos sketches "humorísticos" de relleno sabiendo que no tienen ninguna gracia, ni se puede llamar director al pro...fesional que roba cadáveres filmicos -con mucha ironía- y aprovecha sus podridos miembros para dar vida al Monstruo.

Esa es la sensación que da la película: Necrófila, como si estás manteniendo relaciones sexuales con alguien y de repente te das cuenta que esta frío, y lo que parecían movimientos son resortes de aire comprimido.

Podría detenerme en analizar como la película falla en mostrar la Central City de Flash, el New York de Cyborg -es todo estudio, cartón piedra-, como el Cuarto Mundo ni asoma y para lo que lo hace mejor que no lo hubiera hecho, etc, etc, etc...

Pero eso sería reconocerle a este fenómeno otra intención diferente de sacarnos 9'20 euros de bellón a cada uno.

A uno se le quitan las ganas de volver a ver de estos personajes mientras sigan en manos de estos individuos. Insistimos: no concebimos que se puedan seguir lanzando engendros así por más taquilleros que sean. NI FLASHPOINT NI LECHES.

Y ya no creemos que se puedan producir cambios sustanciales algunos en Warner.

En eso, Justice League si es una magnifica lección sobre los chanchullos que hay en la industria del cine y que hacen que los problemas de Spicey parezcan un cuento de hadas a su lado.

Entiendan ustedes: el problema no son Snyder ni Nolan, que siguen figurando como PRODUCTORES.

El problema es el sistema que les ha permitido hacer lo que han hecho. Y ese, ahí sigue.