Esta es una de las historias que me faltaban y por lo tanto me la he encontrado primero en esta versión, supongo tan fiel como las demás, pero que en el cómic a mi me ha resultado un tanto "descafeinada" con respecto a las otras, al menos en el contenido simbólico que a mi me interesa.
Una aventura de frontera, con "indios" y "vaqueros" con su fuerte y todo, en donde los indios son los Pictos y el enemigo principal un brujo con poderes para controlar a los animales que busca venganza.
Si la memoria no me falla, los Pictos, también los de la Era Hyboria, son el pueblo más caro a su autor, aquel entre el que el mismo se encuentra en aquellos sueños que inspiran sus relatos de memorias raciales.
Me parece que esa parte, el guionista, que sitúa la acción en un entorno tribal africano, quizás no la haya acabado de entender.
Perseguido cual Mowgli en la Jungla por bestias que el hechicero controla, Conan hace uso de un sigilo mágico que rompe el control del brujo sobre ellas, desarmando así a estos "Shere Khan".
Una aventura de frontera, con "indios" y "vaqueros" con su fuerte y todo, en donde los indios son los Pictos y el enemigo principal un brujo con poderes para controlar a los animales que busca venganza.
El dibujante, Anthony Jean es excelente a la hora de dibujar los ambientes selváticos, nocturnos, con esas densas junglas que solo existen en las películas de Tarzán.
No obstante, aunque no es nada que te vaya a arruinar el cómic, encuentro su estilo algo cartoon para la tradición artística -europea y americana- de Conan en lo que a las caras y expresiones se refiere.
El moderno rediseño de Conan y su peinado, sin embargo, igual levanta alguna que otra ceja entre los más Buscemianos de sus lectores.
Si la memoria no me falla, los Pictos, también los de la Era Hyboria, son el pueblo más caro a su autor, aquel entre el que el mismo se encuentra en aquellos sueños que inspiran sus relatos de memorias raciales.
Y mantienen una historia y significado continuos: Son el primer pueblo, con unos improbables orígenes ¡¡en el Tibet!!, y sobreviven a los diferentes cataclismos, menguando y refugiándose como los elfos en la naturaleza, hasta dar sus últimos coletazos como nuestros Pictos, los históricos habitantes de Escocia.
Me parece que esa parte, el guionista, que sitúa la acción en un entorno tribal africano, quizás no la haya acabado de entender.
Sin embargo, no por eso el relato carece de esa aparición de "Ilo Tempore" edénico en que hombres y animales convivían en armonía, señalando un momento de "Caída" en la realidad vigente.
Con todo, interesante y meritoria entrega que nos hace esperar con ansias futuros tomos, tanto de las aventuras que ya conocemos como los de las que ignoramos.
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