Pues bien, lo que ustedes conocen como "Pedro Angosto" no es más que un muy mal remedo de Henry Jones Sr. y Fray Guillermo de Baskerville, entre otros muchos personajes de ficción. Se que es malo por que suelo causar menos impresión que ellos cuando entro en una habitación...
Para cuando yo pude ir al cine, hacía ya años que James Bond era Roger Moore, y mucho disfrutamos en su día con su aproximación algo más humorística e infantil a las andanzas del superespía. Forzosamente, desde nuestra perspectiva, no es que Connery no "sea Bond", aunque indudablemente dejase su marca en el personaje por ser el primer actor.
Pronto recondujo su carrera con toda suerte de papeles memorables -pueden rastrear algunos aquí- fue con las grandes producciones americanas con la que la generación de los setenta descubrimos al actor.
De Highlander a El Nombre de la Rosa, el papel de Connery era ya el de un mentor, ese mágico maestro lleno de sabiduría que todos seguimos esperando, y que suponemos que no llega pues no estamos aún preparados, como reza el koan.
Y mentor fue para un servidor: No se piensen que mi pasión por los temas Artúricos o la Teología -sometida al escrutinio de la Razón- viene de ningún otro lado.
Estos últimos meses he tenido ocasión de leer al fin la novela de El Nombre de la Rosa, que se ha pasado unos treinta años en la pila de libros comprados y que esperan lectura, llegando a la conclusión de cuan brillante y definitiva es la adaptación de Annaud: Esta todo lo de la novela, pero exquisitamente condensado, pues en el libro parece por momentos que Fray Guillermo tiene menos interés por descubrir quien es el asesino que por las disquisiciones teológicas, apasionantes, pero que en la cinta aparecen depuradas, dando lugar a la acción y el ritmo trepidante.
Y luego, claro, llegamos a LA ÚLTIMA CRUZADA, una película de Indiana Jones que es simplemente INSUPERABLE, por que allí descubrimos que el personaje funciona mucho mejor con el mas inesperado y opuesto de los sidekicks, su propio padre.
Me recordaba Facebook esta misma semana que hace dos años explicaba yo en un congreso universitario la riquísima interpretación simbólica, hermética y mitológica del filme.
No es el lugar aquí para resumirla, aunque es uno de tantos ensayos que no me gustaría morirme sin ver publicado y poder compartir con ustedes. Seguro que para muchos cambiaría la manera en que ven la película y hasta el Arte. Con ella un servidor descubrió que hay "teología" fuera de la Teología, que HAY TEOLOGÍA EN TODO.
No quiero dejar de mencionar la anécdota de que, viéndola hace muchos años con un amigo para explicarle que se esconde tras la cinta, su ahora esposa exclamó sobre el padre de Indiana: "¡Míralo, si es igualito que Pedro!", sin duda el mayor halago que hayan podido hacerme. Volviendo al principio, ya se imaginan, la cosa es al contrario.
Revisionando ayer algunas escenas de la película, nos sentimos incapaces de elegir ninguna: Connery y Ford, Ford y Connery, forman en ella una de las más grandes parejas de comedia, y no hay ni una sola línea, ni un gesto que no sea memorable. Y entre carcajada y carcajada, las más sutiles verdades místicas se cuelan en nuestras cabezas. Esa es la genialidad del filme.
Así que decimos, con Trueba: YO NO CREO EN DIOS, YO CREO EN SEAN CONNERY. Pues no es otro el arquetipo que se esconde bajo ese papel.
Y es que las claves más fundamentales para las trampas que nos pone la vida a veces se pueden esconder en lugares tan insospechados como...Las Crónicas de San Anselmo.
Por eso, compartimos el afán de búsqueda de verdades escondidas en libros perdidos con Henry Jones y Fray Guillermo.
Sean Connery, como buen masón (que puedo reinar), cabalga ya hacia el Oriente Eterno. Celebren su vida y obra y no se preocupen: Conoce el camino.
1 comentario:
Tendría yo unos 14 o 15 años cuando vi por primera vez En el Nombre de la Rosa que sin saber para el momento contó también con la actuación de un jóven Christian Slater.
A mi parecer de lo mejor que hizo Sean Connery en su carrera.
Hermoso artículo Pedro, saludos.
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