Muchas veces desearemos cambiar nuestras vidas por la de tal o cual famoso: si algo deja claro esta película es que eso no es ninguna buena idea.
Se refleja la infancia exenta de cariño familiar del cantante, su duro trabajo para conseguir que lo considerasen como artista, su fundamental colaboración con un atinado letrista -el en realidad solo compone música- pero sobre todo su lucha contra las adicciones, algo consustancial a la vida de muchas superestrellas y que aqui se nos muestra como un intento de escapar de una vida que ni todo el éxito y el dinero del mundo pudo hacer más atractiva para el divo.
Se descubre pues a la fallida persona tras el mito a la vez que se recorre toda su exitosa carrera y se repasan todos sus éxitos.
Es envidiable, eso si, el hecho de que Elton John -quien en realidad se llama Reggie- pueda ahora echar la vista atrás y ver como superó sus problemas, consiguió un matrimonio estable y además ha convertido su propia vida en una obra de arte.
Camaleónico Egerton que canta e interprerta a través de los años.
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