jueves, 23 de mayo de 2019

ALADDIN: ¡MUCHO FROTAR LA LÁMPARA PARA MUY POCO BRILLO!

Vamos a decir lo bueno primero:

Entre las continuas nuevas versiones en imagen real de sus clásicos noventeros de animación, esta película no es de las peores.


Hay un gran esfuerzo en decorados y ambientes, la música es, claro, tan buena como siempre y sorprendentemente Will Smith hace una pasable actualización del papel del genio, eso si, mucho más obsesionado con el culto al cuerpo, o directamente hipersexualizado de torso para arriba, para tratarse de una peli familiar.


La inmensa mayoría de aportes a la película parecen mucho menos artificiales que los de otras, con la notable excepción de las dos escenas con canción nueva sobre "empoderamiento" que le encasquetan a una Princesa Jasmine,  cuya actriz no acaba de darle la contrarréplica al actor que interpreta a Aladdin, careciendo la pareja de química.


De este molesta el peluquín de musical que le han encasquetado, pero junto con Will Smith es lo mejor de la peli: Ella acaba siendo sosita y florero, el actor de Jafar no le llega a la babucha a la personalidad del dibujo animado -ni su guión ampliado tampoco- y el padre de ella bien lo podrían haber sustituido por un maniquí, que tendría mucha más expresividad.


Según van pasando los minutos, la peli se hace más cansina y sosa con las escenas incluídas solo por aumentar el metraje original y los cambios argumentales molestan más y más.


Veredicto: Visualmente interesante, pero como la simpleza y efectividad de la película original, nada.

Véase sólo si se es más fan de Will Smith que Pablo Motos.

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