Más allá del goce erótico que obviamente tienen estas contribuciones, destaca el magnífico dibujo del artista. Dibujo del cuerpo humano y dibujo de los diferentes escenarios donde ocurren los fugaces pero intensos encuentros sexuales.
Es esa atención al detalle de los fondos y decorados lo que convierte a estas historietas en mucho más que un rápido alivio sexual. También lo hacen los guiones.
Las historietas no solo derrochan un fino y pícaro humor sino que muchas veces son una obra de relojería en la que el autor narra gráficamente las relaciones con un hilarante subtexto, sea una corrida de toros y un partido de fútbol, todo para arrancar una carcajada al lector, más allá de otras reacciones fisiológicas.
Sexo en toda clase de lugares y toda clase de parejas -hetero- que las feministas de ahora seguro denunciarían pues objetiviza un tanto a la mujer y aunque ellas van bien servidas y los hombres acaban ridiculizados o utilizados, la ausencia de miembros masculinos en los dibujos es notable, fruto de la línea editorial de la revista para la que se realizaron suponemos.
Unos magníficos pin-up complementan el tomo en donde de nuevo el dibujo de Altuna de las localizaciones casi, casi eclipsa el sexo que en ellas se realiza.
¡Hay otros dos tomos anteriores, no se los pierdan!
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