En ella, grandes actores que en su día fueron primero lectores junto a los redactores que han pasado por la revista en todos estos años comentan que supuso para ellos leer las noticias del por entonces rutilante Hollywood en esas páginas.
Especialmente graciosa es la parte dedicada a leer las cartas de los lectores, demostrando que freakies han habido siempre.
El nacimiento de las glamurosas galas de los Premios Fotogramas también están reflejados.
Las memorias de unos y otros sobre los contenidos y el valor social de la publicación pasan rápidamente y sobre todo destilan amor al Cine y un homenaje que se puede extender a cuantos escribimos sobre esta o cualquiera otra de las artes.
La redacción de Fotogramas, más que una revista era una familia, una que amaba el cine.
Desternillantes son las anécdotas de Boris Izaguirre sobre la afición cleptómana del añorado Terenci Moix sobre las fotos del archivo de la revista.
¡Y atención por que por fin se descubrirá quien era el redactor que se escondía tras el alias de "Mr. Belvedere", encargado de responder a los entusiastas lectores!
Imprescindible tanto para los lectores de la revista -todos lo hemos sido en un momento u otro- o amantes del Séptimo Arte en general.
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