Prisioneros quedan Adán y Eva cuando el muro de fuego se alza encerrando el Edén, prisioneros estaban los judíos en Egipto y prisión era para Platón -en un análisis de los mitos griegos equivalentes- el mundo material para nuestra alma inmortal, que en su visión procede de un orden superior.
El propio autor nombra en la introducción a Segismundo y Edmond Dantes, Conde de Montecristo. Ambos simbolizan exactamente lo mismo que los anteriores: el hombre atrapado en lo material.
Por lo tanto, aquí no valen más "evasiones" que la Muerte -o los sueños, si somos de los que creemos que en ellos el alma abandona el cuerpo momentáneamente-.
Por eso para Tolkien, esta no es una maldición, sino un don: el "cuarto grado cósmico".
Cada vez que un preso escapa a las circustancias que lo confinan en una historia o película se nos recuerda la promesa de ESPERANZA, genuino invento del ser humano, pues de ningún modo puede el concepto proceder de lo material.
Cuando uno se hace mayor, descubre que las peores cárceles son las que nosotros mismos construimos, las mentales o las que lastran nuestro cuerpo o espíritu. No todas las hacemos nosotros, muchas las hemos heredado.
Perdón por la transcendental introducción.
El libro es mucho más entretenido y variado, y no solo comenta títulos carcelarios, sino también los que transcurren en instituciones psiquiátricas,el secuestro, las incursiones a domicilio, bajo tierra, dentro de ciudades, dentro de conventos y, finalmente una en la que estamos todos sin darnos cuenta: atrapados por la televisión y -ahora, encima- las redes sociales y los móviles y demás.
Como yo vengo de tratar precisamente el tema del Mito de la Caída, se cuan valiosas son las visiones de conjunto para entender una obra por otras y para valorarlas -por que si TODO ES ARTE, ahí se acabó la conversación humana-.
Léanlo con atención, que seguro incluye algún consejo para escapar de nuestras particulares "cárceles", su lectura y el revisionado de alguna o varias de las pelis comentadas les hace más corto el encierro y, por lo demás, toca rezarle a San José, Patrón de la Buena Muerte.
Por que lo de este valle de lágrimas pinta como que va a tener muy mal arreglo...
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