WALT DISNEY, POR SERGUEI EISENSTEIN

Antecedente de lo que ahora son los Archivos Vola, que ya nos habían sorprendido con algunos ensayitos escritos por autores/artistas sobre otros, habían publicado ya este delicioso texto del director del Acorazado Potemkin sobre las primeras animaciones de Walt Disney, las Silly Simphony, y algunas de sus obras posteriores, que no acaban de convencerle.

   

Nosotros hemos crecido con su animación, ha sido parte fundamental de nuestra educación, y no podemos calcular el verdadero IMPACTO que ver dichos dibujos en el naciente cine tuvo sobre sus espectadores originales. Eisenstein analiza el estilo de animación de Disney desde un punto de vista teórico, filosófico, antropológico descubriendo por qué nos fascinan su mundo animado.

    

El fluido mundo imaginado por Disney donde los objetos inanimados cobran personalidad, los animales hablan, los personajes mutan de forma apela según el cineasta al estado de la mentalidad mágica, a ese mundo infantil en el que hablamos a nuestros muñecos y donde la realidad material y sus durezas no se han asentado aún.

    

Desde sus orígenes hasta ahora, en el momento en el que suena la fanfarria de Disney y aparece el Castillo de la Bella Durmiente -representación simbólica del Cielo, del mundo espiritual que encierra a la durmiente valquiria- nos predisponemos a recibir los mensajes que, a través de platónicas ideas, se filtran, eternos e inmortales, en las historias que Disney y sus herederos cuentan y que, como cualquier narración mitíca o folklórica, aguardan aún ser desvelados en toda su profundidad.