Narra un hecho histórico, un juicio por violación en la Francia Medieval que enfrenta a dos compañeros de armas en aquellos tumultuosos tiempos de la Guerra de los Cien años.
Los amigos que, por las circunstancias, acaban enfrentados están interpretados por Matt Damon y Adam Driver, especialmente brillante en su papel de malvado -o no tanto, depende del punto de vista- recaudador de impuestos.
Jodie Comer interpreta a la mujer de Damon, objeto de deseo del personaje de Driver.
Y un -para mi- irreconocible Ben Affleck teñido de rubio -tarde más de la mitad de la película en reconocerlo- es el hedonísta aristócrata al que ambos le deben pleitesía y se la demuestran de muy diferentes maneras.
Con esa bella fotografía que solo la campiña francesa puede ofrecer y un impresionante vestuario, la película se recrea en mostrar el modo de vida de los nobles de la época, así como toda la estructura social y las relaciones de estos.
Antes y ahora, se podía ser noble y estar arruinado. Y como entonces no había "Sálvame" -aunque si cotilleos-, los que necesitaban dinero se tenían que ir a hacer la guerra. Una totalmente cuerpo a cuerpo cuya crudeza y violencia Scott retrata con detalle.
Si los hombres estaban condenados a la guerra, las mujeres lo estaban al mantenimiento del hogar, de una manera totalmente claustrofóbica. Al sometimiento al esposo, a matrimonios de conveniencia, a la sumision a sus mayores, a los rituales sociales, a la presión de engendrar un heredero...¡A todo!
No se nos escapa esa lectura feminista que denuncia la indefensión de las mujeres -y no solo de ellas- en casos similares al narrado, que por desgracia parecen seguir sucediéndose, deseamos que con menos frecuencia con la que se debían producir en aquel entonces.
En ese ambiente reglado y opresivo, empobrecido y a la vez decadente, se desarrollarán unos hechos que el director nos muestra desde las prspectivas de sus tres protagonistas.
Esa es quizás la mayor lección de la película: Lo que para uno es honor y tradición, para otro son vetustas costumbres, pesadez y orgullo desmesurado. Lo que para otro es amor al modo de los héroes literarios provenzales, para otros es...violación.
Nuestras intenciones no son nunca completamente percibidas por el otro, y jamás acabamos de captar la complejidad de las relaciones humanas. Y todo ello, claro, como el título indica, acabará en un duelo a muerte de los que fueran mejores amigos.
No tenemos muchos, pero tras verla pondremos algo más de cuidado para que nuestras relaciones no desemboquen en algo así.
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