martes, 11 de diciembre de 2018

LA NOCHE DEL OCÉANO Y OTROS CUENTOS, POR ROBERT H. BARLOW

Seguro que ignorada por muchos lectores y potenciales lectores, vivimos una nueva Edad Dorada, si no de la Literatura, al menos de las publicaciones y de las EDITORIALES, con docenas de pequeños editores especializados que rescatan para nosotros los más curiosos y especializados materiales.

En este caso, estamos orgullosos de hablaros un poco de la nueva publicación de Distinta Tinta.


Robert H. Barlow fue un jovencísimo fan y corresponsal de H. P. Lovecraft al que este llegó a visitar en un par de ocasiones por más tiempo del que la cortesía aconseja.

A su muerte, Lovecraft le nombró albacea de su obra pero, con buena o mala intención su labor pronto fue censurada y apropiada por Derleth y compañía.


Barlow, que era gay e hijo de un militar trastornado, vivió la torturada vida de cualquier persona con sexualidad alternativa en aquellos tiempos y ambientes, y fiel quizás al nihilismo que se desprende de buena parte de su obra, se suicidó joven tras trabajar unos cuantos años en otra de sus pasiones: la arqueología en las antiguas civilizaciones de México.

Si me preguntan a mi, que soy mal pensado, yo diría que entre Lovecraft y el obviamente hubo algo más que amistad epistolar, pero al fin y al cabo lo que toca ahora es disfrutar de las obras que ahora Distinta Tinta pone a nuestra disposición. Los amigos del Círculo Lovecraft detallan por lo demás perfectamente su vida y trayectoria.


Como resulta natural en una persona tan joven y a la vez deslumbrada por la figura y obra del maestro de Providence, la obra de Barlow, una serie de cuentos bastante breves y de fácil lectura, comparte escenarios y motivos con la de su mentor, quien colabora en algunos de ellos.

Las evocaciones al Horror Cósmico vienen acentuadas en este caso por visiones de un futuro mundo agotado en el que, muerto el último humano, no hay ya nadie que lo contemple para dotarlo de sentido.

El ser humano como una excrecencia temporal del Universo que continúa inexorable su marcha con o sin el.


Los misteriosos seres anfibios visitan a los protagonistas de Barlow sin que estos llegue a descifrar su naturaleza. Sus personajes aparecen perdidos en indómitas selvas gigantescas, enfrentados a antiguas ruinas cuyo significado y origen ignoran.

Todo es misterio, duda, peligro, sin sentido en unas aventuras que reflejan quizás la angustia personal de no poder encontrar el lugar propio en el mundo real.


La parte que yo más he disfrutado son una docena de pequeños relatos de fantasía que bien pudiesen ubicarse en algunas de las fantásticas ciudades de las Tierras Del Sueño lovecraftianas. Seguro que a Barlow le gustaría que lo pensásemos así.

El libro incluye una parte de poesía, con un par dedicadas a H. P. y otras de temática mitológica azteca.


Una breve, trágica y nihilista vida que ahora, irónicamente, alcanza sentido e inmortalidad con esta edición.

El que alguien se moleste tras tu muerte en recopilar tus obritas y difundirlas entre nuevos lectores, como en su día el intentó hacer con la de Lovecraft, es la TRANSCENDENCIA sin duda preferida por Barlow.

Muchas gracias a los editores por compartirlas con nosotros y proporcionarnos una piecita más para completar el rompecabezas creativo y espiritual de Lovecraft y su Círculo.

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