Un matrimonio que acaba de perder a su hijito adopta un nuevo retoño.
Este tiene algunos problemas para dormir y, tal y como nos revela el prólogo, ha resultado "conflictivo" con varios padres adoptivos anteriores.
Pronto se descubre que el niño tiene un extraño don: materializar los sueños en cuanto se queda dormido, lo cual el evita siempre que puede.
Pero siendo esta una peli de terror, no tarda en comenzar a materializar PESADILLAS...
El pequeño Cody, interpretado por el angelical Jacob Tremblay se gana así un lugar en el panteón de NIÑOS SINIESTROS junto al mítico Damien de la profecía.
Pocas cosas asustan más que eso, como bien sabía Chicho Ibáñez Serrador.
Los protagonistas deberán iniciar entonces una búsqueda del origen de esas oscuras manifestaciones, en las que el film toma un cariz psicológico o psicoanalítico.
¿Que pasó en la infancia de Cody para llenar sus sueños con monstruos...?
Especialmente acertada es la secuencia final donde culmina esa búsqueda, representada acertadamente como un descenso a los infiernos donde, para lograr la verdad, primero se han de enfrentar los miedos propios.
Quizás cobra entonces un sentido más profundo el título original: Antes de Despertar.
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