En el mundo de Lovecraft el alma puede abandonar el cuerpo como el cuerpo se puede quitar la ropa.
Y en los Mundos Oníricos toda clase de criaturas existen, ansiosos por poseer esos cuerpos con o sin permiso de sus originales propietarios.
La vieja idea de las personas a las que conocemos pero que de repente dejan de comportarse como ellas retorna más siniestra aún cuanto más cercanas son a nosotros.
Poco puede dar más miedo que aquellos en quienes más confiamos comiencen a ser irreconocibles.
Estos tópicos, la habilidad de abandonar el cuerpo y donde va el alma cuando lo hace, quien ocupa esas carcasas vacías, van a protagonizar aún más relatos en la obra de Lovecraft.
Uno se pregunta qué clase de vivencias o percepciones le llevaron a esta pequeña obsesión en su ficción...
No falta su habitual misoginia en el relato, al pensar que una dulce esposa pueda estar en realidad poseída por un temible suegro...
¡Y creíamos que las suegras eran las más temibles!
Si te gusta H.P. Lovecraft y otros autores Pulp, te esperamos en PULP FACTION.
No hay comentarios:
Publicar un comentario