De los grandes estrenos de esta semana, si tuviera yo que recomendarles uno solo, sería este.
Ang Lee regresa con una historia que abarca desde la crítica a la sociedad a lo más íntimo del individuo, con un clarísimo mensaje antibelicista que no ignora sin embargo algunos de los valores castrenses que sin duda son fundamentales en nuestra sociedad, no por he hecho de ser militares.
Análogamente a Banderas de Nuestros Padres, cuenta la historia de un joven soldado que, tras participar en una escaramuza en la Guerra de Irak, es condecorado y se ve envuelto con sus compañía en un tour promocional, mera parte decorativa de un espectáculo en el intermedio de un partido cualquiera de Fútbol Americano.
Ambos mundos quedan contrapuestos: el salvaje y horrible de una Guerra probablemente ilegal, donde la muerte acecha tras cada esquina a estos chicos, poco más que niños -como lo fueron los de Vietnam- y el otro, el de la América real y profunda, esa que de vez en cuando hace locuras como votar a Trump como presidente: Se entiende mucho mejor quienes son tras ver esta película.
En uno de los mejores papeles que haya nunca hecho, Vin Diesel queda convertido en un Jefe de Unidad medio místico que será quien ayude a sobrevivir a Billy en ese loco mundo en el que ha acabado casi por casualidad.
A pesar de que solo los vemos uniformados de gala y de fiesta, el pelotón de jóvenes soldados que lo acompaña formarán ya para siempre uno de los más carismáticos de la historia del cine.
Ang Lee deja claro la retorcida perversión que supone mandar a niños así a matar y morir, y las cicatrices que ha dejado en ellos la experiencia.
Memorable también es el papel del marcial e irónico sargento interpretado por Garreth Hedlund, un "sargento de hierro" cuya función es ser el "canguro" de sus jóvenes soldados, pero que no deja de ayudarlos con una fidelida y hermandad que solo puede surgir en el campo de batalla.
Steve Martin interpreta extrañamente al "malo" de la peli, un villano millonario que quiere explotar en el cine la hazaña bélica del equipo Bravo y que encarna en sí toda la falsedad y codicia de la sociedad, no solo americana, hacia el ejército.
Como Lion, la película concluye que quizás hay una razón para lo que nos ocurre, y quizás algo bueno ha de salir de lo que a nosotros nos parecen desgracias.
Una preclara defensa de la predestinación y de lo espiritual que sin duda nuestra sociedad necesita recuperar con la misma velocidad con que todos los horrores que descubre esta película han de desvanecerse.
Lo bueno y lo malo de los Estados Unidos y de la mismísima Guerra se debaten en toda la cinta en el corazón del traumatizado Billy y de los espectadores.
Un espectáculo que marca carácter, no como las animadoras de la Superbowl.
Miren lo que ocurre entre bastidores mientras los americanos miran su Fútbol. Reflexionen sobre lo que pasa en España -y en el corazón de los españoles- mientras nosotros vemos el nuestro...
1 comentario:
Me parecio una película valiente, con un magnífico guión, critico con la hiprocresía de la sociedad y la estadounidense en particular, con muy buenas interpretaciones y buenos dialogos. Magníficas frases. Una película reflexiva y para reflexionar.
"El tiro qué te matará ya ha sido disparado": y así todo.
Lastima perdernos la calidad de su metraje ( no se puede ser pobre ).
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