Me he encontrado con este dibujo por encargo de Bob McLeod y, como en "Ratatuille" se me ha ido la cabeza a aquel especial Forum que publicaba la novela gráfica (que no lo era, era un número más largo) de los Nuevos Mutantes.
¡Qué tiempos aquellos en los que leíamos cómics sin saber lo que era una franquicia, ni un spin-off, ni que al final Claremont se marcharía sin explicar nada, cuando Rob Liefeld sólo era un fan de Teen Titans, cuando éramos adolescentes que nos identificábamos con estos adolescentes y nos parecía algo natural que Xavier enseñase a nuevos mutantes, que habían llegado aquí para quedarse, para ser los futuros X-Men, y no hasta que el siguiente spin-off mutante de moda los relegase al limbo, y no al Limbo de Magik precisamente!
Pues eso, que aunque ellos han regresado, e incluso con los grandes dibujos de Leondard Kirk, hay una magia inaprensible que no podemos recuperar. Pero quizás más que los famosísimos X-Men, los lectores de nuestra generación nos identificamos con estos personajes. Con la apocada Rhane, la atrevida Dani, el torpe y larguirucho Sam, el divertido Bobby o la reservada Xi'an.
Me pregunto que creadores hoy en día podrían fascinarnos de igual manera con sus personajes, o si eso es cosa de la edad, y no podemos regresar a ese paraiso de la felíz ignorancia.
3 comentarios:
joder, pedro, menudo post mas melancolico te ha salido... si, la verdad es que las historias mas entreañables que le he leido a claremont han sido en los nuevos mutantes, deberia aprender todas esas series de adolescentes de la quimica que tenia claremont con los nuevos mutantes, que realmente son sus hijos por que el los creo... se notaba... oh, kitty... rahnne... dani moonstar... que delicia.
recuerdo con cariño el episodio donde en un hospital dani se enfrentaba a la muerte que venia a por uno de sus amigos...
He leído algún número de lo que han sacado, y es como ver un zombi de estos que están de moda: se mueven pero ya no son los que conocimos. Y la falta de talento de guionista y editor no ayuda, porque hacer coincidir su "regreso" (¿para conservar derechos sobre nombres?) casualmente con el de un enemigo clásico todavía lo convierte todo en más artificial si cabe.
Hubo un tiempo donde negocio y estándares de calidad coexistieron (con mucho trabajo de Claremont), los Nuevos Mutantes estaban muy bien también antes de que llegara Sienkiewicz. La saga del Oso Místico y la Slumber Party (con un diseño de extraterrestre absolutamente genial) son grandes cómics en la historia de Marvel, lástima que, en mi opinión, el noble intento de Claremont de adecuar sus guiones a su brillante ilustrador no acabara de funcionar y tanto la saga de Capa y Puñal como la de los gladiadores (que el cachondo de Chris autoplagió en su grannn retonnnno a la Patrulla en Caballeros de Moscú) fueran un peñazo. Esas aventuras no las puedes estirar cuatro o cinco números a menos que te gastes el morro de Bendis u otros aún más sucedáneos que él. Por suerte, tras una etapa muy baja, la colección se volvió a levantar aunque ya se hubieran acabado los tiempos felices y todo acabara inmerso en la Angustia Mutante que todavía hoy aún perdura.
Hay que conceder que tal vez los Nuevos Mutantes de Claremont actuaran como "demasiado" adultos (a mí ya me estaba bien), pero los de Simonson parecían una sucursal de Power Pack. Eso sí, after all these years sigo considerando aquel tomo de Forum con el nº100 como el cómic con la peor ratio mierda/precio por el que yo he soltado pasta: un día genial, una terapia de shock para dejar de ser completista justo antes de la era Image, la de dinero que ahorré gracias a él. Rob, el mundo no sabe lo que te debe.
Cualquier tiempo pasado fue mejor, sobretodo antes de que nuestros personajes favoritos se convirtieran en simples iconos y franquicias.
Publicar un comentario