Ya lo demostró en The Golden Age, Alan Scott es uno de los personajes favoritos de James Robinson.
Y por eso le ha dedicado el cross-over JLA/JSA con un muy especial epílogo dibujado majestuosamente por Jesús Merino. Podeís ver las páginas más abajo.
El caso es que he disfrutado del número como un enano, nunca mejor dicho, ya que Robinson lo llena de criaturas mágicas rescatadas de todo el universo DC.
Tras llevar años denunciando que Geoff Johns no guionizaba personajes, sino uniformes, este número viene a darme la razón, al recuperar a Alan Scott como una persona tridimensional, con sentimientos, preocupaciones, y sus propios asuntos por resolver más allá de usar su anillo. Me siento como descubriendo América tras llevar años diciendo que la Tierra no era plana.
Robinson recrea al personaje, le da un nuevo y primordial rol entre las criaturas mágicas del universo DC, hace homenaje a Kingdom Come, justifica su nombre/título de Sentinel, recuerda su historia personal, lo reconecta con su familia... En fin, hace en veintidos páginas lo que Johns no hizo en diez años.
Y lo mejor es que sólo ha raspado la superficie de lo que este personaje puede dar, tanto siguiendo sus nuevas ideas como recuperando su propia tradición como personaje.
Ójala Robinson, tras su etapa en JLA, tan brillante como condenada, tenga ocasión de hacer ese mismo trabajo con todos los personajes de la JSA. Hoy por hoy, el único que sabe ver más allá del antifaz.
Por cierto, agrademos desde aquí el pin-up de Dr. Fate vs. Solomon Grundy a Rafa Sandoval. Da gusto que los dibujantes le dediquen de vez en cuando tiempo a alguien que no sea Batman...
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