Acabo de escuchar una canción que decía que "Twomorrow may never come". Y hoy me siento algo así, por lo que no quiero dejar pasar la ocasión de divagar un poco cual Peter David.
Aunque todos mis intereses son en realidad aspectos de una misma cosa, si lo preferís podeis saltaros el post e ir directamente a la siguiente tontería de Didio o lo que toque.
Pero al fin y al cabo este es mi blog y, a falta de un libro para expresar mis ideas, pues esto es lo más parecido que voy a tener. Excusadme si divago en exceso, dicen los ingleses que "las mentes ocisas son el taller del demonio" y por más que yo intento mantener la mía ocupada Sabe Dios que sigo a mis casi 40 años más "ocioso" de lo que me gustaría y sería recomendable.
"Camelot".
Aunque para nuestra generación la versión "definitiva" de los mitos artúricos está representada por la magistral "Excalibur" -ya tocará otro día-, la película que adaptaba el exitoso musical de Broadway fue a principios de los 60 un no menos conseguido aporte a la Materia de Bretaña.
El papel de la vida de Richard Harris, aunque ahora se le conozca como el primer Dúmbeldor.
En ninguna otra versión, presente o pasada, se había concebido de manera más realista, personal y entrañable al personaje del Rey Arturo, que toma aquí la carne, la sangre y los sentimientos de Harris para pasar de ser un mero pretexto para el inicio de las aventuras de los Caballeros de la Tabla Redonda a convertirse en un SOÑADOR que, con una niñez robada acaso por Merlín, supo luego sacrificar su amor, su amistad y su vida misma en favor del Sueño de Camelot.
Entrañable la escena en que explica a Ginebra las especiales condiciones de Camelot para el amor, con el genial reprise de Ginebra en el que, cautivada ya por la tierra y su Señor, le responde con su misma canción confirmando así que comparte sus ideales y su Sueño.
Magistral el plano de la película que, tras el monólogo de Arturo en el que resuelve sacrificar su felicidad personal por su Sueño debido a los amores de su mejor amigo y su mujer, se abre para mostrar por primera vez la Tabla Redonda, concrección de los principios de Caballería que Arturo impone.
Pero por supuesto, es en la escena final en la que Arturo, condenado a morir a manos de su hijo Mordred y con su sueño destrozado, descubre que ha ganado su batalla ya que Camelot, aunque perecerá, pervivirá en las historias, seguirá siendo un Sueño perseguido y añorado.
"Don't let it be forgot
that once there was a spot
for one brief, shinning moment
that was know as
Camelot!"
"No dejéis que se olvide..." De alguna manera, la genial frase resume en dos líneas toda la filosofía platónica.
Camelot, el Edén Perdido, Atlantis, Valinor, es una idea que funciona a la vez como recuerdo de la gloria que fué y como modelo de lo que se puede alcanzar.
Por si acaso no volvía a escribir más cómics que Círculo Justicero, cuando terminé en su último número de construir ese mundo de la Edad de Oro con los héroes heredando la Tabla Redonda y ese Fantasma Errante sirviendo de eslabón entre ambas eras, incluí el final del musical como conclusión.
Interludio más o menos inconexo: En una premonitoria y sorprendente carta a un amigo, un J.R.R. Tolkien de apenas 20 años, con su mitología casi sin comenzar, expresaba su misión en la vida como "Encender una luz en el Mundo, o más bien Reencender una antigua".
Yo voy por el camino de Niggle, y nunca podré terminar ni el cuadro ni siquiera la hoja. ¡Claro que si él no pudo, de qué me quejo yo! Viendo como se me van a mi las semanas y los meses y los años, comprendo mejor el que nunca le diese la forma final al Silmarrillion y el resto de obras inconclusas.
Desconozco si mis sueños se salvarán antes de mi muerte o no, como los de Arturo. Pero el caso es que si el mañana no llegase, yo ya he hablado hoy de Camelot.
No dejéis que se olvide.
3 comentarios:
me han dicho que hay problemas para postear comentarios.
Pues disculpen las molestias y sigan intentándolo...
No es culpa mia, vaya.
Excelente película. Por cierto, Richard Harris volvió a interpretar a Arturo en una adaptación televisiva de la obra de teatro.
http://www.imdb.com/title/tt0301078/
Hay quien dice que Harris está mejor en ésta que en la película.
Me ha encantado este post. Gran película, que hasta hace poco costaba muchísimo encontrar, y sublime el Arturo de Richard Harris. Esta basada en una de las obras más desmitificadoras de la materia de Bretaña, pero aún así reune una serie de detalles que pocas películas artúricas poseen, como el propio Arturo en su faceta soñadora, o ese Mordred de clara influencia norteña o escocesa. por cierto, la película en si no acaba con el enfrentamiento con Mordred, sino con Lancelot, me equivoco??
Saludos de un seguidor del blog.
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