lunes, 14 de diciembre de 2020

GALDÓS Y LA MISERIA: MADRID AYER, HOY Y... SIEMPRE

El nuevo cómic de El Torres, especializado ya en celebrar a cuanto autor/creador español se ponga a tiro, aparece con ocasión del Centenario de Galdós y lo tiene a el como protagonista y a su obra como objeto. 
   

Título polisémico donde los haya, por un lado se refiere a la protagonista, una mujer caída en desgracia al llegar a Madrid que apodan así. 

Por otro, a la propia miseria a la que Galdós se vió abocado al final de su vida y, uniendo ambas acepciones, a la Miseria como tema general, del cómic y de la obra de Galdós, las miserias humanas.
   

El Madrid que dibuja Belmonte tiene una cualidad fantasmal y a la vez arquetípica. 

Para los madrileños que residimos aquí y pasamos a diario por esas mismas calles el cómic tiene un valor añadido que casi nos permite imaginar como, de una manera psicogeográfica, la memoria de aquellos hechos -en parte reales, en parte inventados- ha pervivido en ellas y sigue viva hoy, conformando nuestra misma realidad.


Como si leyésemos al propio Galdós, la impresión inmediata es darnos cuenta en cuan poco ha cambiado nuestra sociedad, sobre todo, en lo malo. 

Siguen habiendo grandes escritores, creadores, artistas, en este mismo Madrid, avocados a la miseria... o a no sobrevivirla, con la salvedad de que ahora se han multiplicado tanto, es tanto el talento y tan poca la oportunidad, que ni siquiera han tenido ocasión de consagrarse. 

La Generación del 1998 pasará al olvido sin que se sepa quienes la compusieron, y otro tanto aguarda a la del 2027, si es que llegamos. ¡Y para qué vamos a hablar de los que hemos intentado dedicarnos a escribir cómics...!

 

Como muestra El Torres con Galdós, no importa lo que un escritor haya hecho, por cada fiel seguidor tiene diez "arrimados" que, en secreto o no, lo envidian y buscan la menor ocasión para ponerlo verde y ponerle todas las zancadillas posibles. 

Los ricos se hacen más ricos de la única manera posible: haciendo a los pobres más pobres. Y de nada sirve el talento y la buena voluntad si las circustancias y los míseros se alían contra uno. 

A esta generación de Miserables, en el sentido de Hugo, no les queda más que esperar la justicia divina que ensalza la obra del francés. 

Quedamos en espera de la conclusión de la historia en el siguiente tomo para comprobar si, además de Galdós, ahora inmortal, a diferencia de los detractores que se mofaron de sus desgracias, algún otro personaje consigue resarcirse.

No hay comentarios: