En la tradición de Miyazaki, mezcla perfectamente realidad e imaginación, eso si, a la manera y costumbre oriental.
Los papás de un niño tienen una nueva hija, y la llegada de esta causa los inevitables celos en el pequeño. La película refleja mejor que muchas de imagen real qué cambios trae a una familia la llegada de un nuevo bebé.
Con ese especial realismo mágico, el niño y su perro vivirán aventuras fantásticas en el jardín de su casa, transmutándose perro y lugar en un ser y lugar encantado.
Y es allí donde se materializará la mismísima hermanita, ya crecida, llegada del futuro con una misión muy concreta: los padres han olvidado retirar unas estatuitas tradicionales que, de no esconderse pasada una determinada fecha, causarán la SOLTERÍA del recién nacido, o eso dicen sus supersticiones.
Los sentimientos del niño sobre su hermanita irán cambiando según tengan que colaborar para evitar ese aciago futuro.
Todo muy universal y disfrutable pero a la vez intrínsicamente japonés y diferente.
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