No cabe duda de que cuando oímos que se andaba produciendo una serie española de ciencia-ficción sobre viajes en el tiempo muchos nos imaginamos como le quedaría al Doctor Who la capa española de Ramonchu.
Visto el primer capítulo podemos congratularnos de que los Hermanos Olivares, creadores y guionistas, han optado por un producto genuínamente español, que celebra a partes iguales nuestra historia -con sus altos y sus baaaaajos- y la nada desdeñable tradición fantástica de los autores patrios.
Más allá de las aventuras y peripecias, se trata de un producto digno, sincero, que reconoce sus fuentes y sus muchos homenajes y que por eso será inmediatamente apreciado por su audiencia. ¿Quien no sonrió a la mención de "Curro Jiménez"?
Como yo mismo ando metido ahora en descubrir la riqueza de inventiva de nuestra literatura y como nuestra historia se presta no menos que la de otros países a esa otra mirada fantástica, es agradable comprobar que estos temas se ponen crecientemente de moda y se hace un esfuerzo por compartirlos y difundirlos.
Y, hablando de modas, la serie está diseñada con el mismo afán popular que muchos de los cómics que leemos: ¿Que Alatriste, Águila Roja y Victor Ros están de moda...? ¡Pues los fichamos a ellos, sus sosias, o a personajes que bien podrían aparecer en esas series!
Mención aparte merecen también los cameos de personajes históricos, fichados o no por el Ministerio. Una nueva y humorística visión sobre la historia española donde, complot sobre complot, nada es ya lo que parecía.
Para los madrileños, la serie tiene aún más atractivo, viendo a los personajes caminar por la Gran Vía y entrar a La Casa del Libro a consultar sus volúmenes de historia.
De nuevo, un homenaje a los libros, la literatura y la cultura que se agradece mucho en esta España que se precipita a ser una cultura "ágrafa" en cualquier instante.
Por supuesto, solo a un Ministerio Español se le ocurre reclutar agentes en varios periodos temporales y mandarlos a desfacer anomalías a otros periodos sin haberles dado ni la más mínima clase de Historia o de "Protocolo de Viaje Temporal". Como no se anden con más cuidado, cualquier día nos despertamos en la España del Caudillo Carrero Blanco...
Las anomalías, por cierto, las causa una agente escindida del grupo que les hace la competencia y que es el subargumento de la primera temporada.
Pero la verdad que si nos van a contar la historia de Isabel La Católica en TVE, pues mucho mejor que le añadan ese toque de ciencia-ficción que hace a la lección de historia mucho más amena.
A más de un alumno de la E.S.O. no le va a venir nada mal el visionado.
No me queda más que felicitar a los creadores y actores y animaros a seguirla, apoyando este tipo de productos aunque no solo sea por lo que tienen de diferentes y personales.
Y reseñar el acierto de casting de Jaime Blanch como Subsecretario, que le da a la serie ese toque de cine clásico español.
Os dejo con el avance del resto de la temporada que ciertamente promete muchas risas y situaciones más que sugerentes.
1 comentario:
Saludos:
Desde luego ha sido una grata sorpresa esta serie. Anoche vi el primer capítulo y me agradó bastante. No es perfecta, claro, pero me parece bastante disfrutable.
El toque de humor -que me parece casi obligatorio para este tipo de productos- no es excesivo. Y que le den un toque "spanish" y cañí servirá para diferenciarla en el mercado internacional.
Buenos puntazos las referencias/homenajes/bromas con Alatriste, Curro Jiménez (casi solté una lagrimita) y, sobre todo, contar con Diego de Velázquez para realizar los retratos robot, aún me sigo riendo.
También los actores veteranos que complementan el reparto (Joan Gea, Jaume Blanch y Cayetana Guillén Cuervo) son de agradecer, aunque creo que el papel de Director le hubiera venido como anillo al dedo a José Sancho, si éste no hubiera fallecido.
Más que en Doctor Who, me parece que se basa en series como Sliders (Salto al Infinito) o Primeval (Mundo Primitivo), al menos le veo más puntos de contacto.
Juan Constantin
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